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08/03/2011 / Barcelona

Gabriela Dalla Corte: “Desde el principio la Casa de América de Barcelona fue un proyecto económico y cultural”

A punto de cumplir su primer siglo de existencia, Casa Amèrica Catalunya reivindica una trayectoria decisiva para el país en el periodo comprendido desde su creación, en 1911, hasta el inicio de la guerra civil española en 1936. Tras los “desastres” de la pérdida de las últimas colonias a finales del siglo XIX y de la Semana Trágica de Barcelona -el estallido de violencia y caos fruto del sinsentido de la guerra de Marruecos, que conmocionó la sociedad catalana de la época-, la Casa de América de Barcelona surge como revulsivo. La entidad abre nuevas vías de negocio en el continente americano –en competencia feroz con Estados Unidos– e impulsa una actividad cultural de valor incalculable. Lo explica en la siguiente entrevista la doctora en Historia de la Universidad de Barcelona, Gabriela Dalla Corte, autora del libro “Casa de América de Barcelona 1911-1947”.

¿Cuál es el contexto e importancia del surgimiento de Casa América de Barcelona en 1911?En 1909 se empezó a pensar en organizar una institución. Se barajaron varios nombres hasta que en 1911 optaron por el de Casa de América Barcelona, que es el que se conserva a día de hoy. Entre 1909 y 1911 pensaron en nuclear dos organismos políticos dentro de la Casa de América , uno formado por latinoamericanos que habían venido a vivir aquí –en muchos casos porque los echaban de América Latina– y el otro grupo, por los propios catalanes y barceloneses, que podían hacer un proyecto más cultural. Los “indianos”, los que venían, tenían intereses absolutamente económicos y querían fundar un organismo que les permitiera sobrevivir en Catalunya. Y los catalanes del otro grupo, en realidad piensan en algo cultural.  ¿Cómo fragua ese ensamblaje?Entre marzo y abril de 1911, los indianos forman un organismo político dentro de Casa de América y los catalanes se unen en otro. Unos y otros van a estar trabajando durante mucho tiempo en dos cosas muy diferentes.  Pero al mismo tiempo, las personas que toman el control del poder y la gestión de la Casa de América de Barcelona, aglutinadas en torno al secretario general, Rafael Vehils, logran articular a todos ellos en miles de actividades a través de la revista Mercurio, que se publicaba en Barcelona y en Madrid y se enviaba a América Latina. Tenía 25.000 ejemplares y su periodicidad era quincenal o mensual, según las épocas. En ese momento era un índice de producción enorme. No era “La Vanguardia” pero era una revista preciosa para vender y dar a conocer. La Casa de América fue eso: un proyecto muy económico por una parte, pero también muy cultural por el otro. Hasta el estallido de la guerra civil, en 1936, fue la época dorada de la entidad...Después de la guerra civil, la Casa de América pierde ese aspecto de producción y contacto con América Latina y se convierte básicamente en un proyecto de editoriales. Pero a pesar de todo, la Casa de América logró sobrevivir, lo que ha permitido ahora recuperar el nombre como Casa Amèrica Catalunya, lo que da un valor enorme ahora que se celebra el centenario. Y las que verdaderamente hacían el trabajo diario en la Casa de América eran mujeres. Gracias a esas secretarias la entidad logró sobrevivir a la imposición del régimen de Franco de luna Casa de América como un proyecto de derechas. El factor clave de esa supervivencia es la documentación, impresionante, que gracias a estas personas hoy Catalunya conserva. Hay una parte en Sant Cugat, otra en el Pabellón de la República y también aquí mismo, en la calle Còrsega. Un futuro crecimiento de Casa Amèrica Catalunya podría ser también la unificación de sus archivos.    ¿Hasta qué punto la creación de la Casa de América fue un acicate para la sociedad civil catalana de la época?Se venía de dos desastres: el de 1898 con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y la guerra de Marruecos de 1909. La Semana Tràgica fue terrible, espantosa. En ese contexto, a través de la revista Mercurio se buscan contactos en América Latina para poder exportar. Mercurio se producía desde 1901 y durante varios meses en 1909 no se puede publicar. Tras el caos de la Semana Trágica, cuando Mercurio puede volverse a editar ya expone la necesidad de una Casa de América, y lo tiene muy claro. Alquilaron el mejor local que pudieron, trajeron al embajador excepcional de México –para captar dinero y a los estadounidenses–. Y la revista Mercurio ya no parará hasta 1938.En aquel difícil momento del 1911, América Latina le dio una posibilidad de cooperación y ayuda a España, Catalunya y Barcelona.   Hay una imagen que vale más que mil palabras para entender la importancia vital de aquella Casa de América de Barcelona...Sí, el diploma de la Associación Internacional Iberoamericana, (ver galería de imágenes) otorgado a los mimebros más destacados de la Casa de América y a los delegados de la entidad en el continente americano, es especialmente ilustrativo. En él están todos los símbolos de América Latina país por país y en el centro una mujer que mira el mapa de América y que tapa con su brazo izquierdo a los Estados Unidos. Y es que la casa de América era una competencia para Estados Unidos, que también  había creado una entidad para atender sus intereses en el continente. Y en 1914, cuando estalla la Primera Guerra Mundial, encarcelan al delegado de la casa de América en Estados Unidos porque piensan que Catalunya quiere entrar en el continente ganando a Estados Unidos por la lengua española...  Había, pues, una guerra entre bastidores con Estados Unidos por extender la influencia de los intereses respectivos en América Latina...Fue una comptencia entre Estados Unidos y Catalunya. Y el diploma lo refleja de forma maravillosa. Este mapa, donde tampoco faltan elementos como las carabelas y la propia mujer, atendiendo la condición femenina de América Latina, es simbólicamente perfecto.