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22/12/2010 / Barcelona

Gervasio Sánchez, fotoperiodista, Premio Joan Alsina de Derechos Humanos: “Es importante saber quién es el corruptor y quién el corrompido, y quién pone las armas"

Gervasio Sánchez, el fotoperiodista español de mayor prestigio, con galardones a sus espaldas como el Premio Nacional de Fotografía o el Ortega y Gasset, se siente especialmente ilusionado por el premio Joan Alsina de Derechos Humanos que le acaba de ser concedido. Asegura que no es un premio más y resalta su vinculación con Chile, donde empezó su prolífica trayectoria como corresponsal de guerra. En la siguiente entrevista, Sánchez profundiza en la situación actual de los Derechos Humanos y exige que también se investigue y se conozca el papel de Occidente en temas como la corrupción en el Tercer Mundo o la venta de armas y los cuantiosos beneficios que se obtienen de estas actividades.

¿Qué significado tiene para usted, que acumula tantos reconocimientos, este premio Joan Alsina?Cualquier premio que tenga vinculación con Chile es para mí muy emotivo porque es uno de los primeros países que visité en América Latina hace 25 años. Escuché hablar de Joan Alsina por vez primera en Chile, en 1986. Algunos curas obreros iban en contra de Pinochet y eran muy perseguidos. El asesinato de Alsina fue brutal... Aunque soy ateo, tengo un gran respeto por la gente religiosa que lucha por mejorar el mundo en que vivimos. Así que este premio es para mí un gran honor. Hay premios y premios y éste tiene la impronta de darlo Casa Amèrica Catalunya y además está vinculado a uno de los países que más conozco. ¿Cómo evalúa la situación de los Derechos Humanos en América Latina?Cuando llegué a América Latina en los años 80 había guerras civiles y dictaduras por todas partes. Guerras civiles en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Perú... y dictaduras en Panamá, Chile, Argentina, Paraguay... El único país que se salvaba era México, que sorprendentementehoy es el más violento. Que no hayan guerras no implica que las cosas hayan mejorado por sí mismas. Hay que estar muy pendientes y es importante hacer un balance de lo ocurrido una vez acabado un conflicto armado o una dictadura. Y las víctimas deben tener derecho a dignificar sus historias y que el público las conozca. Recuerdo un viaje a Perú en 2000. Muchos jóvenes limeños no se creían que en su país había desaparecidos. Creían que sólo pasaba en Chile y Argentina, ¡cuando en Perú el número de desaparecidos era cuatro veces superior al de Chile! Recientemente, Naciones Unidas ha declarado la desaparición forzosa crimen de lesa humanidad, que no prescribe. A partir de ahora cualquier desaparición forzosa podrá ser perseguida por un tribunal penal internacional y esto es muy importante para el avance de los Derechos Humanos.  ¿Cree en la eficacia de los tribunales penales internacionales?Es muy importante que determinadas historias, que no se pueden juzgar en el país de origen, sean juzgadas por un tribunal internacional. Pero a veces no se profundiza en todo aquello que golpea a los ciudadanos. Es muy fácil perseguir a un ruandés y ponerlo delante de un tribunal internacional, pero sería muy importante saber qué han hecho los gobiernos occidentales para proteger a ese ruandés que ha matado; de dónde han venido las armas; qué han hecho las multinacionales del petróleo, o de diamantes, o del coltan... La guerra del Congo -con tres millones de muertos, la más letal tras la Segunda Guerra Mundial- se ha producido porque varios países de la zona se han enfrentado militarmente en el Congo y cada uno de estos países era una pieza del engranaje de potencias occidentales que querían mejorar sus posiciones e influencias en la zona. La corrupción no nace, por ejemplo, en el gobierno de Guinea Ecuatorial, nace en quien corrompe a ese gobierno, que es criminal pero que no es el único culpable. Ahora acabamos de saber que Omar al Bashir, presidente de Sudán, tiene 6.800 millones de euros en Occidente. ¡6.800 millones de euros! Alguien sabrá dónde está ese dinero, alguien habrá permitido que ese dinero haya llegado... Al Bashir es un corrupto y un criminal, puede llegar a una corte penal internacional, pero... y su dinero, ¿cómo ha llegado a Occidente? ¿Sin que nadie se entere? ¿Esa connivencia occidental con este tipo de personajes también atenta contra los Derechos Humanos?Hay que empezar a plantear todo esto. Si desde Occidente seguimos viendo los Derechos Humanos como algo que hay que aplicar en nuestros países pero cuando esas mismas personas van fuera de nuestros países y hacen lo que les da la gana entonces los Derechos Humanos es algo que está muy bien, muy bonito, pero poco efectivo. Cuando se habla de corrupción es importante saber quién es el corruptor y quién el corrompido. Y cuando hablamos de guerra debemos saber quién pone las armas. Iñaki Ellacuría decía en El Salvador, antes de ser asesinado en 1989: Estados Unidos y la Unión Soviética ponen las armas y nosotros ponemos los muertos. Y ahora cualquier congoleño, ruandés o sierraleonés podría decir lo mismo. O de Liberia, o de Costa de Marfil, donde está a punto de estallar un conflicto armado. ¿Quién pone las armas?  Cuando le concedieron el Premio Ortega y Gasset en 2008, denunció a España como uno de esos países exportadores de muerte...Hace dos años España había duplicado la venta de armas. Y si seguimos al ritmo de la venta de armas de los primeros seis meses de este 2010, España, a finales de año, habrá quintuplicado la venta de armas desde 2004, cuando llegó al poder el presidente Rodríguez Zapatero. Cuando miro atrás y me planteo qué dije en el 2008 creo que me quedé corto. Es bastante grave.Usted ha “adoptado” a cuatro personas víctimas de las minas antipersonas, entre ellas una niña colombiana a la que le explotó una de esas bombas cuando regresaba del colegio y quedó ciega y manca...Son los cuatro protagonistas más jóvenes de mi exposición fotográfica “Vidas Minadas”. A todos los conocí en circunstancias extremas: cuando le amputaban la pierna, cuando llegaba al hospital destrozado por la mina... Y ahora cuando voy a Sarajevo el que me lleva en el coche arriba y abajo es el niño que conocí en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte. Y cuando voy a Mozambique, o a Camboya, o a Colombia, voy a verles y mantenemos una relación muy estrecha. Este tipo de historias personalizadas cuentan más sobre la guerra, el dolor, el sufrimiento, la lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas que todas las cifras que puedas colocar en un reportaje.  ¿Cuál es su opinión sobre el asunto Wikileaks?Es importante que el público conozca cualquier irresponsabilidad de nuestros políticos. Y hacen cosas que son de vergüenza ajena. Es escandaloso en muchos aspectos lo que hace el Departamento de Estado de los Estados Unidos, pero también me gustaría saber qué hace la CIA, que no se ha filtrado y que es dónde realmente está el secreto del caldo... Me molesta mucho que los periodistas nos hayamos convertido en filtradores. Que ya no investiguemos. Es importante filtrar y este asunto va a permitir que cualquiera que quiera filtrar de nuevo sepa que podrá contar con los medios de comunicación. Pero lo que se ha filtrado no tiene la fortaleza para pasar una mínima investigación periodística. Las verdaderas decisiones políticas se toman de manera más oculta. De una vez por todas, los periodistas, que hemos demostrado ser unos buenos filtradores, debemos demostrar también que somos buenos investigadores. En España lo que se presenta como investigación periodística tiene mucho que ver con la filtración, con el buzoneo de dossieres... En nuestro país, el periodismo de investigación desapareció del mapa hace años.