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24/05/2011 / Barcelona

Goldin, Colasanti y Díaz reivindican con pasión la literatura para niños y jóvenes en la primera jornada de “Cuentan que cuentan”

Primera sesión de las jornadas “Cuentan que cuentan” sobre literatura infantil y juvenil latinoamericana con mucho público en el auditorio de Casa Amèrica Catalunya, (imagen adjunta) reflejo de la expectación creada ante las intervenciones de tres autoridades en la materia: el editor mexicano Daniel Goldin y las escritoras Gloria Cecilia Díaz y Marina Colasanti.  Los tres, cada uno en su papel, han reivindicado con énfasis la lectura y la escritura. “Leer es recoger indicios y dibujar un mapa provisorio que nos de conjeturas para interporetar el enigma que nos rodea”, ha proclamado Goldin, tras mostrarse muy crítico con la burocratización de los programas oficiales de fomento de la lectura en su conferencia “De qué (no) hablamos cuando hablamos de promoción de la lectura”.

Tras 20 años de dedicación, la de Goldin es una de las voces más respetadas en el campo de la edición de libros para niños y adultos en América Latina. Conocedor a fondo de este complejo universo, Goldin se ha mostrado irritado ante el inmovilismo de las políticas oficiales en los campos de la educación y promoción de la lectura. “¿Acaso la promoción de la lectura busca formar lectores? Hay algo inmoral al dar por natural situaciones aberrantes cono la irrelevancia de los prsupuestos para educación o la ausencia de libros en escuelas y de bibliotecarios en las Bibliotecas”, ha señalado. Y si bien el 92% de la población mexicana sabe leer, Goldin ha recordado que el 70% de los mexicanos prácticamente no escribe nunca y que sólo el 11,5% lo hace de forma habitual. “La escritura es la faceta más olvidada de la educación y la ciudadanía”, ha denunciado para preguntarse: “¿se puede ser lector sin ser escritor?”. “En México se escribe para elaborar resúmenes, dictados, copiar de la pizarra... Se toman apuntes, se estudia y se obtiene una calificación y ahí acaba su vida”. Por todo ello, Goldin ha reclamado una visión mucho más amplia de la promoción de la lectura, sin constreñirla a los libros o la literatura. “Promover la lectura es más rico cuando se promueve también la relectura y reescritura de uno mismo. Debiera ser un campo experimental donde ir aprendiendo y trasmitir la alegría vital del que está aprendiendo”. “Leemos porque hay preguntas sin respuesta, porque el mundo no responde”, ha añadido para concluir que la lectura nos da conjeturas para interprear este enigma”. Y tras la posterior inauguración formal de las jornadas, con intervenciones de Marta Nin, adjunta a dirección de Casa Amèrica Catalunya, María Jesús Gil, de la Fundación SM y Elianna Pasarán, del Fondo de Cultura Económica, las escritoras Gloria Cecilia Díaz (Colombia) y Marina Colasanti (Brasil) han deleitado al público con un ameno coloquio moderado por Estrella Borrego sobre los territorios mágicos y poéticos en la literatura infantil y juvenil. “Mis cuentos no están conectados con los trópicos, no son exuberantes. Soy una brasileña con un pie en la Edad Media”, ha afirmado Colasanti. “Todo lo que escribo está planeado, salvo los cuentos de hadas, donde necesito que el inconsciente me cree historias, que el cielo me de la estructura narrativa. El cuento de hadas es una tremenda responsabilidad con denominación peligrosa porque se confunde cuento de hadas con cuento con hadas, que no tiene nada que ver”. Colasanti no ha dudado un segundo en leer su cuento “De su corazón partido”.  Por su parte, Gloria Cecilia Díaz también ha admitido que “escribo sin saber qué va a pasar en la línea siguiente” aunque a diferencia de Colasanti sí ha reivindicado la exuberancia de sus libros, plasmada “en la naturaleza, de la que estoy impregnada ya que nací en los pies de los Andes”. Un ejemplo que todo el auditorio ha podicio disfrutar cuando la autora ha leído su cuento “El valle de los cocuyos” (luciérnagas). “Le debo mucho a la oralidad, a mi infancia, a lo que me contaban mis abuelos”, ha reconocido la escritora.