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16/03/2011 / Barcelona

Homenaje al misionero del Mato Grosso Pere Casaldàliga, símbolo de la lucha por la dignidad de las personas

“Gracias por vuestra solidaridad con mis causas, nuestras causas, que son la justicia, la libertad, la paz, la reforma agraria... causas que valen más que la propia vida, que le dan sentido”. El obispo emérito de São Felix do Araguaia, Pere Casaldàliga, ha trasmitido con este mensaje radiofónico su agradecimiento a Casa Amèrica Catalunya por el homenaje a su vida en el Mato Grosso de Brasil, dedicada a los más necesitados.

El director general de Casa Amèrica Catalunya, Antoni Traveria, ha presentado este acto dedicado a “un hombre que simboliza la Iglésia de los pobres” y la defensa de los derechos humanos y la libertad. El acto ha empezado con la proyección, en una sala llena hasta la bandera, de las tres entrevistas que la actual directora de TV3, Mònica Terribas, ha realizado a lo largo de los años a Pere Casaldàliga, nacido en Balsareny (Barcelona) el 16 de febrero del 1928. Para glosar la figura de Pere Casaldàliga han participado en el homenaje Glòria Casaldàliga, sobrina del misionero y miembro de la Asociación Araguaia; Francesc Escribano, periodista y autor del libro “Descalzo sobre tierra roja. Vida del obispo Pere Casaldáliga” (Ed.62, 1999); y Juan José Tamayo, teólogo y colaborador habitual del diario El País. La Asociación Araguaia da apoyo a la labor realizada por el obispo emérito del Mato Grosso, lugar donde Casaldàliga vive desde el 1971 y del cual solo ha salido para viajar por América, a excepción de cuando fue llamado a Ciudad del Vaticano para explicar su apoyo a la Teoría de la Liberación. “Pere ha vivido en un pueblo aislado, pero su visión ha sido de país, de continente”, ha aseverado su sobrina, que en 1989 participó en la fundación de la asociación inicialmente creada para explicar la candidatura de Pere Casaldàliga al Premio Nobel de la Paz, que en 1992 recayó en la guatemaltenca Rigoberta Menchú. Francesc Escribano es autor del libro que mejor describe Pere Casaldàliga. “Pere tiene una virtud que es muy difícil de encontrar: la coherencia”, ha explicado el periodista, “porque lo que dice se corresponde con lo que hace”, y dice lo mismo “delante de los pobres y de los poderosos, en América Latina y en el Vaticano”. “Casaldàliga –explicaba Escribano- cree en el cielo, y ha trabajado para llevar el cielo en la tierra, por eso la región donde se fue a vivir hacer 40 años siempre será mejor que cuando la encontró”. El teólogo Juan José Tamayo, que mantiene una relación epistolar con Pere Casaldàliga, se siente unido al misionero porque “los dos hemos trabajado por las causas perdidas”. Para Tamayo, Casaldàliga ha roto con “viejas incompatibilidades”, como por ejemplo "ser cristiano y a la vez revolucionario”, “ser local y a la vez global”, o bien defender “el amor cristiano y luchar por los más desvalidos”. El teólogo de Palencia vinculado también a la Teoria de la Liberación ha destacado las diferentes vertientes del misionero, también poeta, profeta, místico y teólogo, y ha sintetizado así su personalidad: “Casaldàliga es un activista de la utopía. Que a partir de la micro-utopía del Mato Grosso, ha trabajado para la macro-utopía en el mundo”.