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26/09/2007 / Barcelona

José Delannoy, conservador del Museo Pablo Casals de Puerto Rico: “La aportación de Pau Casals fue única” (I)

Puerto Rico celebra desde hace meses diversos acontecimientos directamente relacionados con la decisiva estancia del músico catalán Pau Casals en la isla. José Delannoy, conservador del Museo Pablo Casals de Puerto Rico, entidad que acaba de cumplir 30 años de existencia, es sin duda una de las personas más documentadas sobre la trayectoria de este catalán universal que “siempre tenía abierta una puerta de la Casa Blanca” y al que Gobiernos y particulares no dudaban en acudir para lograr su mediación en la liberación de presos políticos u obtener su opinión en asuntos tan espinosos como el estatuto especial de Puerto Rico como estado libre asociado de los Estados Unidos. José Delannoy ha visitado Casa Amèrica Catalunya, donde mantenemos la siguiente charla.

Puerto Rico celebra desde hace meses diversos acontecimientos directamente relacionados con la decisiva estancia del músico catalán Pau Casals en la isla. José Delannoy, conservador del Museo Pablo Casals de Puerto Rico, entidad que acaba de cumplir 30 años de existencia, es sin duda una de las personas más documentadas sobre la trayectoria de este catalán universal que “siempre tenía abierta una puerta de la Casa Blanca” y al que Gobiernos y particulares no dudaban en acudir para lograr su mediación en la liberación de presos políticos u obtener su opinión en asuntos tan espinosos como el estatuto especial de Puerto Rico como estado libre asociado de los Estados Unidos.  José Delannoy ha visitado Casa Amèrica Catalunya, donde mantenemos la siguiente charla.
 
 ¿Cómo están celebrando en Puerto Rico esas conmemoraciones sobre la presencia en la isla de Pau Casals?
En este 2007, el Museo Pablo Casals cumple 30 años de su fundación. Abrió por vez primera sus puertas en junio del 77 por voluntad expresa del “mestre” Casals en su testamento. Aparte de legado institucional que dejó para la cultura de Puerto Rico, dejó un legado material y parte de sus pertenencias, su memorabilia, que constituyó nuestro Museo. El Museo quedó adscrito a la organización del Festival Casals Inc. Y con el tiempo, mediante legislación puertorriqueña se convirtió en la Corporación de las Artes Musicales. En diciembre de 2005 conmemoramos la primera visita del “mestre” Pau Casals a Puerto Rico con una edición del Festival de Prada de Conflent (Francia) en la ciudad puertorriqueña de Mayagüez en un itinerario musical que llegó a la capital, San Juan. Propuse este intercambio como actividad cultural a raíz del hermanamiento existente entre Prada de Conflent y Mayagüez porque cuando Casals visita nuestra isla reside en Prada de Conflent exiliado. Y lo más evocador era una visita de Prada de Conflent a Mayagüez, a Puerto Rico. Y a principios de 2006, con los 50 años de la fundación del Festival Casals de Puerto Rico, se inició una gran exhibición que fue “Pau Casals en San Juan de Puerto Rico” donde se explicaba por qué Casals en Puerto Rico y cuáles fueron sus raíces en nuestra isla.
 
¿Por qué Pau Casals acaba convirtiéndose en un puertorriqueño ilustre?
Su madre había nacido en Puerto Rico, hija de inmigrantes catalanes durante el siglo XIX. Cuando su madre tenía unos 17 años fue a visitar la población catalana de El Vendrell junto a parte de su familia como su madre y un hermano. Y lo que resultó ser una travesía para visitar a la familia se convirtió en una visita para quedarse para siempre. Pilar Defilló, madre de Casals, siempre evocó Puerto Rico con mucha nostalgia y Pau Casals, desde muy, muy niño, siempre escuchó sobre Puerto Rico, la ciudad de Mayagüez, cómo eran los árboles frutales, sus nombres... toda esa nostalgia que transpiraba su madre. Siempre quiso llevar a su madre de vuelta a Puerta Rico, pero ella siempre se negaba, no quería perjudicar su carrera, tenía suficiente con la nostalgia, recordando aquel Puerto Rico del ayer... Pero le prometió a su madre que él, en algún momento, vendría de visita a Puerto Rico. Y ese momento llegó en diciembre de 1955 cuando se propuso reencontrarse con su familia materna y también motivado por el regreso a Puerto Rico de una de sus más privilegiadas estudiantes: Marta Montañés, que asistió durante un año en Prada de Conflent a las clases magistrales de Casals, y que en 1957 se convirtió en su segunda esposa.
 
¿Esa devoción mutua entre Puerto Rico y Pau Casals es de algún modo extensiva a los miles de catalanes que arribaron a la isla en el XIX?
Por supuesto que sí. Cuando Casals visita nuestra isla, esa comunidad catalana, de cortas o largas generaciones, lo tuvieron como agente catalizador en torno al que girar, y las muestras de cariño fueron evidentes. Fue como la llegada de una buena brisa de verano.
 
¿El Puerto Rico de hoy no se entendería como tal sin la impronta que dejó Pau Casals?Su aportación fue única. Es el catalán más prominente que hemos tenido en la isla y el que más huella catalana ha dejado. Pero nunca dejó de identificarse como catalán y sentirse de Puerto de Rico. Era un ser que si bien era un catalanista por los cuatro costados también tenía una visión universal llevando su música como el arma que, según él, Dios le dio para combatir todo lo que sonara a guerra, a conflicto armado, a muerte, y para luchar por los valores democráticos en todo el mundo.