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26/05/2011 / Barcelona

La incertidumbre por el futuro inquieta a todos los sectores implicados en la literatura infantil y juvenil

Las jornadas “Cuentan que cuentan” de Casa Amèrica Catalunya han proseguido con una enriquecedora mesa redonda sobre los cambios que acechan al mundo de la literatura infantil y juvenil. Un debate estimulante y constructivo donde, además de intervenir voces tan autorizadas como las del editor mexicano Daniel Goldín, la escritora colombiana Yolanda Reyes y la especialista Ana Garralón también han participiado representantes de otros sectores directamente involucrados como libreros o mediadores en la promoción de la lectura. “Hoy hay más diversidad cultural para los niños y jóvenes, pero desgraciadamente la incertidumbre nos toca a todos, nos están moviendo el piso”, ha afirmado Goldin.

Según Goldin, el frenesí que envuelve al mundo actual ha creado “la necesidad de pensar en el apocalipsis, lo que es todo un síntoma”. Un apogeo de lo efímero que, en opinión de Ana Garralón, provoca una “hiperinflación” de imágenes en los libros para niños. “Todo es demasiado bonito. El libro se ofrece como divertimento, pero faltan las historias. No sé que estamos contando a los niños aparte de lo visual. ¿Dónde está el compromiso de los escritores?”, se ha preguntado. Garralón y Reyes han coincidido en sus críticas a los planes de promoción de la lectura. Y si bien Reyes ha matizado que en América Latina los gobiernos se toman cada vez más en serio a la literatura, la oficialización y masificación han “desdibujado” la formación de lectores, que ha pasado a ser un tema “político”. Garralón se ha apoyado en estadísticas como que cada ciudadano español lee menos de un libro al mes y que el 70% no acude a la biblioteca para concluir que “algo no ha funcionado bien” en los planes de promoción de la lectura. Para Goldin, sin embargo, más importante que los promedios sobre los libros que se leen es cómo están construyendo los niños su sentido para vivir el mundo. “No lo sé”, ha confesado el editor, con 20 años de experiencia en este campo. Garralón, por su parte, se ha mostrado preocupada por la “infantilización” de los mediadores del sector y la proliferación de libros de “psicología barata” para niños. “Estamos en un momento de quiebra para editores y libreros por el auge de las nuevas tecnologías”, ha resumido Reyes.