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13/03/2009 / Barcelona

La mesa de literatura pone fin a las jornadas “Cuba: claves de futuro” con el respeto entre escritores de dentro y fuera de la isla y la crítica a la política cultural cubana como notas dominantes

Los escritores cubanos en el exilio Rafael Rojas y Maria Elena Cruz Varela han compartido mesa con el escritor Senel Paz, residente en la isla, para conversar sobre el futuro de la literatura cubana con el también escritor cubano en el exilio, Jorge Ferrer, como moderador. Los gestos de respeto mutuo y los agradecimientos a Casa Amèrica Catalunya, organizadora de las jornadas “Cuba: claves de futuro”, por brindar esta oportunidad, han sido la nota dominante de la clausura de este monográfico que se ha llevado a cabo durante toda la semana y que ha abordado temas como la economía o los derechos civiles en Cuba con intelectuales y expertos de dentro y fuera de la isla. El ensayista cubano en el exilio Iván de la Nuez, tomando la palabra en el turno de debate con el público, ha celebrado esta reunión sin precedentes en Casa Amèrica Catalunya declarando que “la cultura puede hacer lo que la política no es capaz de hacer”.

Jorge Ferrer ha abierto la sesión con una reflexión sobre el papel prominente de la cultura en el gobierno revolucionario cubano ya desde su triunfo, en enero de 1959, haciendo de ella un “eje fundamental” de su política, “para bien o para mal”.   “La política cultural de la revolución se plateó desde los primeros meses con una claridad y contundencia tal que ha perdurado hasta el día de hoy”, ha explicado Ferrer, aludiendo implícitamente a la rigidez e inmovilismo de una política cultural que ha presentado pocos cambios en 50 años y que ha provocado una diáspora de intelectuales y artistas inconformes con estas condiciones o directamente perseguidos por no acatarlas.  En este contexto, el debate sobre la existencia de una literatura cubana o de literaturas cubanas ha centrado gran parte de la sesión, así como las medidas que se deberían tomar para que el lector cubano tenga acceso a las obras producidas fuera de la isla, que hasta el momento permanecen “desconocidas y no reconocidas” en Cuba, en palabras de Rafael Rojas. Literaturas cubanas   El mismo Rafael Rojas ha iniciado el turno de palabra en la mesa con una crítica a la polarización y descalificaciones mutuas entre la literatura de dentro y de fuera de la isla, defendiendo que “hay tantas literaturas cubanas como lugares desde donde se escribe”.  “Desde el exilio, se acusa a la literatura producida en la isla de ser propagandística”, ha explicado Rojas, añadiendo que en sentido inverso se tilda de “comercial” a la que se produce en el exilio. “Ambas posturas son insostenibles”, ha declarado.  “Es absurdo presentar la relación entre literatura y política como si fuera ilegítima”, ha continuado Rojas, con el convencimiento de que en cualquier país y lugar del mundo tal relación es “siempre muy fluida”.  En este sentido, Senel Paz ha destacado “la búsqueda de autonomía e independencia” de los escritores cubanos con respecto a la política, precisamente para “poder abordarla desde la literatura”. “Hoy en día, la literatura cubana tiene una gran independencia de la política, aunque no es total ni suficiente”, ha reconocido, mostrándose dispuesto a continuar con este “esfuerzo que no termina y que ha tenido grandes resultados” literarios y culturales.   En su discurso, Senel Paz ha incluido toda la producción literaria cubana, de dentro o de fuera, bajo el único epíteto de “literatura cubana”, en singular. Maria Elena Cruz Varela ha discrepado enérgicamente de esta posición, defendiendo la existencia de “literaturas cubanas”, en plural. “No tiene sentido buscar la conciliación”, ha declarado, explicando que “hay buena literatura dentro y fuera de la isla, pero no es la misma”.  “Los escritores en el exilio hemos perdido nuestro lector natural”, ha lamentado Cruz Varela, “y hemos perdido nuestro referente natural”, la isla. Llevando este razonamiento un paso más allá, la escritora ha redimensionado el alcance de esta pérdida: “Cuba a mí me falta, sí, pero yo le falto a Cuba”. El mercado literario cubano   Rafael Rojas, quien próximamente presenta su libro “El estante vacío. Literatura y política en Cuba” (Anagrama, 2009) en España, ha expuesto alguna de las tesis presentadas en esta obra al auditorio.   Rojas distingue entre tres tipos de mercados literarios cubanos: el mercado estatal, que reúne las obras editadas por el Ministerio de Cultura cubano, junto con el Instituto Cubano del Libro y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); el mercado iberoamericano, con obras producidas dentro y fuera de la isla y publicadas en las grandes editoriales iberoamericanas; y finalmente el mercado compuesto por publicaciones de las editoriales cubanas en el exilio, como Colibrí en Madrid o la Universal en Miami. Según Rojas, “la falta de acceso del mercado iberoamericano y del mercado del exilio al mercado estatal” marca la naturaleza del mercado literario cubano en la isla.  “Los funcionarios culturales cubanos descalifican sistemáticamente la literatura del exilio”, ha denunciado Rojas, quien ha defendido que la publicación editorial no es la única forma de reconocimiento que se podría brindar a la literatura del exilio. Entre algunas de las medidas propuestas por Rafael Rojas en “El estante vacío”, cabe destacar la modificación de las leyes de control aduanal y la autorización de la comercialización de las obras publicadas fuera de la isla en Cuba.  En el contexto actual, el momento de aplicar estas medidas parece todavía lejano, aunque Senel Paz ha afirmado que  “la censura está de capacaída”, aludiendo a un “alto nivel de crítica y autocrítica” de la cultura cubana en la isla. Paz también ha declarado que, como escritor, él mismo aspira a “poder abrir vías para que todos se publiquen y para que todo se programe” en los circuitos culturales cubanos.  La dificultad añadida la imponen las decisiones de las grandes editoriales iberoamericanas, que acatan las consignas de una política cultural del gobierno cubano todavía extremadamente restrictiva con los escritores en el exilio. Así, Maria Elena Cruz Varela ha lamentado que las editoriales españolas que la publican no la incluyan en catálogo en grandes eventos literarios como la Feria del Libro de La Habana, entre otros. Desde el público, la voz de Iván de la Nuez ha denunciado la ausencia de sus obras en la librería que su propia editorial, también de capital español, tiene en La Habana. La última de las mesas redondas de las jornadas “Cuba: claves de futuro” se ha desarrollado en un clima cordial y de respeto mutuo, cosa que ha agradecido especialmente la adjunta a la dirección de Casa Amèrica Catalunya, Marta Nin, en su intervención de clausura, proponiendo asimismo la reedición de este tipo de jornadas en un futuro próximo para evaluar efectivamente los cambios que en este sentido se puedan dar en Cuba.