Nacieron en Argentina y han proliferado por diversos países latinoamericanos ofreciendo un modo alternativo y efectivo de acercar la literatura a aquellos sectores sociales con menor posibilidad de acceso a los libros. Se trata de las editoriales cartoneras, así llamadas por las tapas de cartón recicladas de la basura de sus libros, ha explicado Francesca Bianchi, de la argentina ‘Eloísa Cartonera’, quien ha destacado que con este sistema “los recicladores multiplican por cinco” sus ingresos. “Es una experiencia estimulante y un proyecto muy interesante porque lleva los libros a gente joven, a precio muy asequible y en condiciones de fácil incorporación a la vida cotidiana de aquellos que habitualmente no leen’, ha subrayado el escritor peruano Santiago Roncagliolo, que ha publicado su ensayo “El arte nazi” en ‘Sarita Cartonera’ (Perú).
Las editoriales cartoneras latinoamericanas reivindican en Casa Amèrica Catalunya su importante papel cultural, social y económico
Otra condición ‘sine qua non’ de las editoriales cartoneras es la cesión gratuita de los derechos de autor por parte de los escritores, algunos tan conocidos y prestigiosos como el propio Roncagliolo o los argentinos Ricardo Piglia o César Aira. Si bien los libros de las cartoneras se pueden encontrar en algunas librerías, su distribución preferente es en centros culturales, cafés y otros puntos de encuentro de la gente. En la actualidad, existen editoriales cartoneras en Argentina, Chile, Perú, Bolivia y Brasil, han explicado sus promotores, que han remarcado que en diciembre del año pasado por vez primera editaron de forma conjunta un libro del poeta mexicano Mario Santiago Papasquiaro, fundador del movimiento infrarrealista. “Las cartoneras son de interés para los autores, ya sean importantes o no, porque al no exigirte grandes ventas te ofrecen mucha libertad creativa. Además, generan mucho movimiento de gente en torno al libro y al convertir la basura en libros permiten que muchas personas puedan ganar un dinero, que si bien no es mucho, sí es importante para ellos”, ha destacado Roncagliolo. Se trata de un movimiento “alternativo y práctico, que soluciona cosas”, ha añadido el escritor peruano afincado en Barcelona quien ha dicho sentirse “muy orgulloso de formar parte del catálogo de los cartoneros”.