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Tras una década de paz, Guatemala continúa hoy sin levantar cabeza. Los acuerdos firmados el 29 de diciembre de 1996 por el entonces presidente Álvaro Arzú y el comando guerrillero Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) para poner fin a un conflicto civil de 36 años de duración y más de 250.000 muertos, no han servido para que la población de éste país de 15 millones de habitantes abandone los elevadísimos índices de pobreza, hambre y criminalidad.
 
Guatemala se ha caracterizado a lo largo de toda su historia por su inestabilidad crónica, fuertemente agudizada durante la segunda mitad del siglo XX. Desde principios de los años 60 hasta la paz del 96, el país vivió sumido en el caos institucional fruto de una mezcla explosiva de golpes militares, elecciones fraudulentas, corrupción y guerrillas revolucionarias. De hecho, en 1991, con la ascensión a la presidencia de Jorge Serrano Elías, Guatemala vivió por primera vez desde que en 1960 se instaurara oficialmente el sistema democrático, una transición de un gobierno civil electo a otro.
 
La cúspide del conflicto se situó en 1982, año en que los grupos revolucionarios se unificaron para formar la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca al mismo tiempo en que, tras un golpe militar, se producía la llegada al poder de Efraín Ríos Montt, responsable de un genocidio que causó la muerte de 200.000 civiles, en su mayoría indígenas, durante un único año que duró su mandato.
 
La democracia regresó a mediados de los 80 (con dos intentos golpistas en 1988 y 1989) caracterizada por la falta de voluntad de sus gobiernos de investigar y perseguir los casos de violaciones de los derechos humanos de épocas anteriores. El mismo Ríos Montt se mantuvo en la primera línea política y su nuevo partido, el Frente Republicano Guatemalteco, se convirtió durante los años 90 en la principal fuerza política del Congreso. Se firmó la paz con la URNG, disminuyó la corrupción y en 10 años el país ha adquirido innegables avances en materia de libertades políticas, pero un informe de la ONU denunciaba el pasado mes de septiembre que, de las 45.000 denuncias de desapariciones atribuidas a las fuerzas de seguridad durante el conflicto armado, no se ha investigado ni una.
 
En 2005, una sentencia del Tribunal Constitucional español consideraba que las responsabilidades de las masacres del conflicto, entre las que se encontraba el episodio del asalto a la Embajada española en 1980, debían “ser investigadas en aplicación de la justicia universal”.
 
El pasado mes de julio, la Audiencia Nacional española dictó una orden de captura de Ríos Montt por el delito de genocidio, sentencia que la justicia guatemalteca todavía no ha ratificado.
 
Más información:
 
27-06-06: Siguen paralizados los interrogatorios de un juez español a antiguos altos cargos de Guatemala acusados de genocidio: http://www.americat.org/es/noticias-premsa/noticias.asp?id=438
 
28-06-06: La Corte de Constitucionalidad de Guatemala impide el interrogatorio de un juez español a los acusados de genocidio porque la solicitud se tramitó en fotocopias: http://www.americat.org/es/noticias-premsa/noticias.asp?id=441
 
16-11-06: Presentación en Casa Amèrica Catalunya del libro “La verdad bajo tierra”, una radiografía del genocidio de Guatemala: http://www.americat.org/es/noticias-premsa/noticias.asp?id=577
 
20-11-06: La Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, sigue exigiendo que se juzgue al ex dictador Ríos Montt por su implicación en el genocidio de Guatemala: http://www.americat.org/es/noticias-premsa/noticias.asp?id=581 
 22-11-06: Multitudinaria y emocionante presentación de “La verdad bajo tierra”, un estremecedor libro sobre el genocidio del pueblo maya en Guatemala: http://www.americat.org/es/noticias-premsa/noticias.asp?id=587