Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerte un mejor servicio. Al navegar, consideramos que aceptas su uso. Más información

Aceptar
30/07/2007 / Barcelona

Las noticias de 2007 (5): Fidel, genio y figura

(Artículo del director de la Fundació Casa Amèrica Catalunya, Antoni Traveria, publicado el 29 de julio en “El Periódico de Catalunya” sobre la situación en Cuba un año después de que el presidente del país, Fidel Castro, gravemente enfermo, cediera el poder a su hermano Raúl). “No hay babalao, santero, que al dejar caer sus caracoles se atreva a predecir si Fidel Castro regresará o no al poder. Los orishas, santos, están desconcertados. No se le ha visto en público desde el 26 de julio del año pasado, pero la sensación es que aún enfermo y octogenario, es él quién tiene la última palabra en todas las decisiones trascendentes en la isla.

(Artículo del director de la Fundació Casa Amèrica Catalunya, Antoni Traveria, publicado el 29 de julio en “El Periódico de Catalunya” sobre la situación en Cuba un año después de que el presidente del país, Fidel Castro, gravemente enfermo, cediera el poder a su hermano Raúl). “No hay babalao, santero, que al dejar caer sus caracoles se atreva a predecir si Fidel Castro regresará o no al poder. Los orishas, santos, están desconcertados. No se le ha visto en público desde el 26 de julio del año pasado, pero la sensación es que aún enfermo y octogenario, es él quién tiene la última palabra en todas las decisiones trascendentes en la isla.
 
Fidel mantiene su liderazgo un año después de ceder el poder a su hermano Raúl. Desde el primer instante, el convaleciente Comandante en jefe ha seguido marcando el paso de la agenda política interior y exterior del país. No sólo la política, también la agenda de los medios, alimentando el morbo, la incertidumbre y todo tipo de  especulaciones; casi siempre con predicciones erróneas por parte de sus enemigos. Fidel morirá...como todos, en cualquier momento más próximo o más lejano ¡claro!.
 
Fidel está jugando con blancas en esta partida virtual de ajedrez, con su habitual destreza curricular, marcando los tiempos y los contenidos de la información, decidiendo en cada instante como despistar y sorprender a cuantos más mejor, en especial a los servicios de inteligencia y los poderosos medios de comunicación de los Estados Unidos. La Casa Blanca anda desorientada. Juega la partida con negras y no ha tenido, hasta el momento, la iniciativa en los movimientos. Fidel está ganando su penúltima batalla estratégica.
 
Refugiado en un apartamento secreto, protegido por una tupida red de misterio y silencio  tegida por sus fieles más próximos a partir del decreto en el que definía a su salud como “un secreto de Estado”, Fidel ordena y manda desde un teléfono con el que llama a sus ministros, y como siempre, a cualquier hora del dia o de la noche. Desde aquél 31 de julio de 2006, contradeciendo de nuevo los pronósticos, no ha habido levantamientos de la población, tampoco invasión desde los cayos de Florida, ni reformas significativas auspiciadas por Raúl Castro desde el gobierno. Un proceso seguido con enorme expectación en todo el mundo, pero sin cambios en la vida cotidiana de los cubanos. “Fidel se recupera” ha sido la consigna de sus partidarios, mientras sus enemigos le han llegado a dar por muerto. Deseos alejados de la realidad. Fidel siempre se encontró cómodo en el juego ceremonioso de la confusión.
 
Los dos hermanos Castro fueron educados en escuelas de los jesuitas. Fidel, interesado en su formación intelectual, cursó estudios en la Universidad de La Habana y se licenció en Derecho. Raúl, fue militar desde siempre. Lo expulsaron del colegio La Salle y lo internaron en una muy estricta escuela militar del oriente de la isla. Poco entusiasta de los estudios, Raúl empezó a cursar Administración, pero nunca terminó la carrera. Se unió a la guerrila de Fidel y participó junto a su hermano mayor en el asalto al cuartel de Moncada el 26 de julio de 1953. Siempre unidos, hay historiadores que no dudan en afirmar que habría sido Raúl quién  convenció a Fidel para abrazar la ideología comunista y establecer la alianza de Cuba con la entonces Unión Soviética. De hecho fue Raúl quién en marzo de aquél mismo año de 1953 viajó a Viena para participar en una conferencia internacional de las juventudes comunistas.
 
Hubo sin embargo un momento muy delicado en la relación entre los dos hermanos. Ocurrió en 1989, cuando Fidel dió la órden de ejecutar al general Arnaldo Ochoa, el más íntimo amigo de Raúl. Acusado por delitos de corrupción, para un héroe de guerra como Ochoa no hubo clemencia. El dia antes de la ejecución, Raúl, muy afectado, dijo “sentir rabia contra mi mismo”. Pero Raúl, como siempre, acató las ordenes de su hermano mayor.
 
La enfermedad de Fidel ha dejado de ser tema de conversación entre las gentes de la isla. La expectación de los primeros meses ha dado paso a una cierta indiferencia. Hay, en cambio, más cubanos de la isla dispuestos a hablar, a criticar aspectos del régimen que afectan de forma directa a su superviencia diaria. Las quejas más frecuentes se refieren al déficit del transporte, la economía, la vivienda y la corrupción, entendida no como enriquecimiento personal sino como necesidad de subsistencia y fruto del acentuado paternalismo de un Estado antiguo muy burocratizado.
 
Con la alargada sombra de Fidel a cuestas, Raúl Castro ha regañado en público a sus ministros “por no cumplir bien con sus deberes” y algunos, como los de Justicia, Transportes, Informática y Comunicaciones o el de Recursos Hidráulicos, han llegado a ser sustituidos en el último año. Pero las esperadas reformas económicas no se han producido. Sólo se han levantado  restricciones a la importación de DVD’s y aparatos electrónicos. Poco más. Los salarios de los trabajadores siguen muy bajos. Como media, oscilan entre los 12 y los 16 dólares. En un reciente estudio idependiente se indica que hasta un 75 por ciento de las familias no pueden comprar los alimentos necesarios para pasar el mes. No debe extrañar entonces escuchar por el Malecón o en La Habana Vieja voces que justifican que para sobrevivir “no queda otra que robar”. Cada uno lo que puede, dónde y como puede.
 
Además, el reconocido descenso de un sector estratégico clave como el del turismo genera menos ingresos para el Estado y disminuyen los trabajadores a contratar; hay menos entrada de divisas y una sostenida degradación en las condiciones de vida de cubanos que resisten en la isla. El decreto de impuesto al dólar, cercano al veinte por ciento, ha convertido en caro el destino turístico de Cuba, con unos servicios que no están a la altura de los elevados precios que se demandan. A ello debe añadirse la corrupción en el sector y una pésima gestión, bajo responsabilidad desde 2004 de unas Fuerzas Armadas  comandadas directamente por Raúl Castro. En un artículo firmado por el propio Fidel, publicado el pasado 11 de julio en el diario Granma, llegaba a admitír la existencia de “desigualdades y privilegios en la isla” y reconocía que había “opciones críticas, sobre todo en los sectores más necesitados”. 
 
Durante muchos años España ha sido de los pocos paises que ha invertido en la isla. De las doce empresas extranjeras que hoy invierten en el sector turístico en Cuba, nueve son de orígen español. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha iniciado una nueva etapa en las relaciones bilaterales con Cuba como interlocutor principal de la Unión Europea con la isla. La visita del pasado 3 de abril a La Habana del ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, la primera de un máximo responsable de la diplomacia española desde 1998, perseguía establecer puentes de diálogo con el castrismo en una posible transición política futura hacia la democracia. Un viaje muy comprometido que recibió duras críticas de una parte de la disidencia cubana, del gobierno de George W. Bush y, claro, del Partido Popular. El documento firmado por ambos paises establece “un mecanismo de consulta política y discusión de todos los temas” incluidos los referidos a derechos humanos, según explicó el canciller cubano, Felipe Pérez Roque.
 
El gobierno interino de Raúl Castro ha liberado a varios disidentes de la oposición, la mayoría de ellos de edad avanzada o con problemas de salud. Pero aunque el número de presos o procesados políticos  ha disminuido, según la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) la situación de los presos de conciencia “sigue siendo la misma de las últimas décadas”. Los cubanos de la isla han aprendido a superar la falta de libertades con gran imaginación. Es el caso de la gran cantidad de antenas y receptores de televisión via satélite instalados de forma clandestina. O las acciones cada vez más frecuentes de las llamadas damas de blanco, una organización  de mujeres nacida en marzo de 2003 que reclama la libertad de sus familiares detenidos. Con la ausencia de Fidel, las damas han intensificado su presencia pública con marchas reivindicativas en las calles, a pesar de las prohibiciones más o menos severas por el régimen.
 
Desde su lugar secreto de convalecencia Fidel produce abundante material escrito desde el pasado mes de marzo. Y parece haberle gustado porque lleva ya 30 escritos, a los que denomina  “reflexiones”, propagados de forma íntegra en los diarios oficiales Granma y Juventud Rebelde. Se anuncia ahora la publicación de un libro que reuna todos sus artículos publicados hasta ahora. En sus reflexiones genera doctrina ideológica para sus seguidores, se atreve con el análisis de la actualidad mundial y manda saludos cordiales al presidente de los EE.UU. Como cuando le respondió el 29 de junio que “el buen Dios me protegió de Bush” en respuesta a una suerte de súplica que el dia antes había hecho Bush a Dios en la que expresaba que “un día, el buen Señor se llevará a Fidel Castro”.
 
No debieron pensar lo mismo que su presidente los diez congresistas norteamericanos que visitaron la isla el pasado 23 de diciembre. Fue en la misma semana en la que Bush asumía que no estaban ganando la guerra en Irak y los congresistas respondían a una sorprendente propuesta de mano tendida de Raúl Castro, realizada el 2 de diciembre, en la que ofrecía diálogo a Washington. Raúl Castro eligió el momento más oportuno. En las elecciones de noviembre los republicanos habían perdido el control del Congreso   y del Senado. El cambio de mayoría política se iba a producir en enero y los sectores moderados de la disidencia cubana en Estados Unidos presionaban para atenuar las restricciones vigentes del embargo. La respuesta de Bush fue rotunda: no a cualquier diálogo con el castrismo.
 
Fidel ha recibido  visitas seleccionadas de personalidades, amigos o aliados. Evo Morales, Gabriel García Márquez, Miguel Bonasso, una delegación del Partido Comunista de China, Kofi Annan, entre otros. Pero quién se ha convertido en portavoz oficial de los supuestos progresos en su salud, ha sido el bolivariano presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Ha viajado a Cuba hasta en siete ocasiones para estar junto a Fidel, su referencia política revolucionaria. De todos los encuentros entre ambos hay fotos,  videos y declaraciones de Chávez.  En la visita del 13 de abril, fue Chávez el encargado de comunicar al mundo:  “Fidel ha retomado buena parte de las funciones de gobierno. Está casi totalmente recuperado”.  Chávez le entrevistó también desde Caracas el 27 de febrero en su programa de radio Aló presidente. En aquella charla de 32 minutos entre ambos camaradas, Fidel expresó que había vuelto a ser un estudiante y “ todo está tranquilo, el país marcha, que es lo importante”.
 
Fidel sólo se ha dejado ver en fotos o en video, en pijama o en traje de deporte con los colores de la bandera de Cuba, pero sin su traje militar verde olivo, una señal para los cubanos de que Fidel no está a punto de volver. El pasado jueves se conmemoraron en Camaguey, a 540 kilómetros de La Habana, los 54 años del asalto al cuartel de Moncada. Raúl, en un discurso sin improvisaciones, llegó a decir que “la actividad del Comandante en Jefe es cada vez más intensa y valiosa...Ni en los momentos más graves de su salud dejó de aportar su sabiduría y experiencia”. Fidel aspira a cumplir sus 81 años el próximo 12 de agosto. Tal vez sea esa la fecha elegida para su reaparición pública. O tal vez no. En todo caso, el mayor de los Castro mantendrá su genio y figura...hasta la sepultura.