Tras haber inaugurado su magnífica exposición de fotos con gran presencia de público, Javier Hinojosa se prestó a una conversación plena de reflexiones sobre la relación entre el fotógrafo y la naturaleza. En esta charla, Hinojosa repasó varias de sus últimas fotografías dedicadas tanto a la naturaleza como a la arqueología prehispánica, de la que es un consumado especialista.
Hinojosa: “Ecología y conservación están unidas a la pobreza”
El fotógrafo mexicano nos habla de sus expectativas y retos con la exposición, de la implicación del gobierno mexicano en materia ecológica y, en definitiva, de su relación con la Naturaleza, de la que cree que tiene “una manera especial de protegerse”, que no es otra que “a través de su belleza”. ¿Cómo definiría ESTACIONES?
(Suspira) Esta exposición es como un viaje. Es un largo viaje por distintas estaciones. ESTACIONES es parte de un viaje personal, que no ha tenido un itinerario concreto ni preestablecido. Las mismas posibilidades y circunstancias, tanto económicas como de tiempo, me han ido llevando a él. Cada lugar, cada gente, cada pueblo, cada vivencia, cada fotografía es una estación en si misma. En cuanto a la forma, siempre me ha gustado trabajar en blanco y negro, para romper con los clichés de las fotografías turísticas, y profundizar a través de las gamas de los negros y los blancos. Es un proyecto de mucha reflexión, hasta de una expresión poética de las vivencias que yo he tenido con la naturaleza. Son vivencias de un lugar, de un entorno y de un ambiente los que me han permitido realizar este trabajo. ¿Cuáles son sus expectativas con la exposición? La intención principal es que la exposición genere varias actitudes. En primer lugar, llamar la atención de la gente para que haya reflexión sobre una problemática que, probablemente, está de moda y en la que yo llevo trabajando desde el 2001. Hay que concienciar a la gente, ya que en América Latina tenemos muchos ecosistemas en extrema fragilidad y peligro. Desde los humedales, a los desiertos. El otro día me preguntaron: ¿se pueden desertificar aún más a los desiertos? Y es cierto, así es. En definitiva, se trata de concienciar desde un punto de vista artístico. Esto nace de la gente que se dedica a la conservación. Yo trabajo con una ONG que se llama Espacios Naturales y Desarrollo Sostenible y ellos se dieron cuenta que, a través de acciones hechas, desde el mismo arte su mensaje podría ser más efectivo y llegar a más gente.
¿Porqué su obra está tan centrada en la naturaleza?
Aunque de pequeño me gustaba mucho la exploración, creo que son casualidades de la vida. En una etapa de mi vida profesional me integré en el equipo de trabajo de la prestigiosa doctora De la Fuente, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que quería rescatar la pintura mural maya, sobre todo en el sur de México. Fui el fotógrafo del proyecto en la zona maya y ello me permitió viajar y conocer México en profundidad. De nuevo por casualidades de la vida, otro amigo me invitó a trabajar en un proyecto en la selva Lacandona y ahí me di cuenta de que estaba ante la continuidad de mi trabajo artístico. En este trabajo también hallé un sentido social y no sólo estético y de contemplación.
¿Qué papel juegan las personas en su trabajo?
En mis fotos pretendo aislar lo más posible al ser humano, para así mantener virgen a la Naturaleza. Pero este trabajo ha tenido la colaboración de muchísimas personas, gracias a ellas puedo exhibir estas fotos. Sólo en algunas imágenes se encuentro la insinuación del hombre como, por ejemplo, las ruinas o un camino de madera que te lleva a un manglar. No soy un fotógrafo foto-documentalista, tengo fotografías de gente, pero ahora mismo no forman parte de mi objetivo de trabajo.
¿Cuál es la implicación del gobierno mexicano respecto al medio ambiente?
Creo que en México la política ambiental está muy definida, tanto por el gobierno como por las instituciones internacionales. Aunque no puedo profundizar demasiado en el tema, creo que globalmente hay una política marcada hacia las áreas naturales protegidas. México es el cuarto país más biodiverso del mundo. El problema es que somos un país en vías de desarrollo insertado en una crisis muy fuerte y donde tenemos que resolver problemas inmediatos y prioritarios como la pobreza, la educación o la salud pública. Es tan basto lo que hay que proteger que no hay recursos para hacerlo. Sin embargo, no podemos olvidarnos del cuidado de la ecología por que es un problema de supervivencia humana, y si lo descuidamos va a generar más pobreza. Ecología, pobreza y conservación no pueden estar desligadas en ningún momento.
¿En qué está dedicando sus esfuerzos ahora mismo?
Ahora mismo, mi prioridad pasa por consolidar esta idea. ESTACIONES es un proyecto a largo plazo que quizás lleve varios años hacerlo. América Latina es tan grande que me podría costar 10 o 15 años. Hay tantos países biodiversos: Perú, Chile, Bolivia… que requiere mucho tiempo consolidar este trabajo. Mis esfuerzos están dirigidos a involucrar a más gente. No lo considero una cuestión personal, a mi me gusta trabajar en equipo. Una parte de este proyecto son las fotos de Javier Hinojosa, pero me interesa mucho que artistas de otras ramas participen en el proyecto: músicos, escritores, cineastas, intelectuales. La idea es que ESTACIONES se vuelva autosuficiente económicamente para que a medio plazo pueda generar recursos que sean aplicados a otras iniciativas de desarrollo sostenible en ecología. En definitiva, me interesa que la sociedad civil se involucre. Así es que desde aquí quiero hacer un llamamiento a la gente para quien quiera colaborar se ponga en contacto conmigo (ríe).