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01/10/2008 / Barcelona

Manuel Gonçalves, hijo de desaparecidos argentinos: “Si en la adolescencia nos hubieran planteado dudas sobre nuestra identidad se habrían localizado a muchos nietos a los que hoy se sigue buscando”

Manuel Gonçalves supo a los 19 años de edad que sus padres biológicos eran dos activistas sociales argentinos asesinados por la dictadura militar. Este joven, además, es uno de los protagonistas de “Ausencias”, la exposición fotográfica de Gustavo Germano sobre víctimas de aquel periodo que recorre América Latina y Europa. Manuel era un bebé cuando se convirtió en el único superviviente de un brutal ataque del ejército y la policía contra la casa donde residía su madre y un matrimonio amigo con dos hijos pequeños. Poco más tarde, fue dado en adopción ilegal. La familia fallecida en aquel episodio es uno de los casos que retrata Germano en su muestra. En Casa Amèrica Catalunya, Manuel Gonçalves, que está en Barcelona con motivo del inicio del tercer ciclo de Teatro por la Identidad – Catalunya ha explicado su caso y ha hablado sobre la compleja tarea de localización de los 400 jóvenes argentinos que, en análogas circunstancias, siguen desconociendo su auténtica identidad.

Su caso“Mis papás eran activistas sociales del norte de Buenos Aires. El mismo día del golpe, el 24 de marzo de 1976, mi padre fue secuestrado. Su cadáver apareció el 2 de abril en una cuneta, junto a otros cuerpos sin vida. Fue enterrado como “no identificado”. Mi madre, embarazada, marchó a San Nicolás. En noviembre, el ejército y la policía localizan la casa donde vivía junto a un matrimonio amigo y sus dos hijos pequeños. Los mataron a todos. Yo, que era un bebé, fui el único superviviente. Después, el Juzgado de Menores me dio en adopción de forma ilegal”.  La localización“Gracias al empuje de mis abuelas, me localizan cuando tenía 19 años. Yo sabía que era adoptado, pero no había considerado que pudiera ser hijo de desaparecidos. Creía que mis padres biológicos me habían abandonado. Cuando me localizaron –el equipo de antropología forense me ubicó definitivamente a través de mi mamá-  no había información sobre los nietos ‘robados’. Si en la adolescencia, cuando te lo cuestionas todo, nos hubieran planteado dudas sobre la propia identidad, se habrían localizado a muchos de los nietos a los que hoy se sigue buscando”. (nota: los argentinos de identidad ‘robada’, hijos de asesinados o desaparecidos durante la dictadura, tienen hoy, en su gran mayoría, entre 28 y 32 años de edad)   Recuperar la identidad“Fue una gran sorpresa. Mi vida cambió mucho, mucho. Tuve que incorporar muchas cosas. Primero conocí a mi abuela paterna. La fui a ver a su casa. Recuerdo su imagen esperándome a que saliera del ascensor. ¡Y el abrazo que me dio! Ella se conformaba con saber si estaba bien. Almorcé con ella y me dio de comer como lo hacen las abuelas: ¡mucho!”.  Pasado y futuro“Con mi familia de adopción mantengo la misma relación de siempre. Ellos actuaron de buena fe. De los 95 nietos recuperados hasta el momento, hay 14 casos de adopciones de “buena fe”, y yo soy una de ellas. Otra cosa es la justicia, que actuó con muy mala fe. En mi caso se está investigando al juez y al secretario del Juzgado de Menores que me dio en adopción ilegal”.  La búsqueda“Hablar de todo esto es bueno para Argentina. Hay una apertura importante y los medios hablan de esta problemática. Se está visualizando de lo que tanto se hablaba, y se encontrarán a muchos nietos, que pueden estar en cualquier lugar, España y Catalunya incluídas ya que, generacionalmente, muchos han emigrado. Quedan por localizar a unos 400 nietos”.  Los procesos“En Argentina tenemos un problema muy importante con la protección de testigos. Los represores no tienen nada que perder e intentan amedrentarlos... Además, las causas son muy lentas y parte de los que están en la justicia son cercanos ideológicamente a los represores...”