Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerte un mejor servicio. Al navegar, consideramos que aceptas su uso. Más información

Aceptar
13/11/2007 / Barcelona

Más allá del incidente

(Artículo del director general de la Fundación Casa Amèrica catalunya, Antoni Traveria, publicado en El Periódico de Catalunya el 12 de noviembre) “A nadie debieran sorprender ya los excesos verbales, de forma y fondo, del presidente Hugo Chávez. Ni ha sido la primera ocasión ni será la última en lograr centrar la atención sobre su persona con la intención última de dinamitar el posible éxito de cualquier encuentro internacional. Durante los días previos a la celebración de esta 17 cumbre iberoamericana, el presidente venezolano amagó con no asistir al encuentro de Chile, ahora sí ahora no, para al final estar presente. Meridiano.

(Artículo del director general de la Fundación Casa Amèrica catalunya, Antoni Traveria, publicado en El Periódico de Catalunya el 12 de noviembre) “A nadie debieran sorprender ya los excesos verbales, de forma y fondo, del presidente Hugo Chávez. Ni ha sido la primera ocasión ni será la última en lograr centrar la atención sobre su persona con la intención última de dinamitar el posible éxito de cualquier encuentro internacional. Durante los días previos a la celebración de esta 17 cumbre iberoamericana, el presidente venezolano amagó con no asistir al encuentro de Chile, ahora sí ahora no, para al final estar presente. Meridiano.
 
Nada más pisar territorio chileno se marcó una ranchera para regocijo de los periodistas e inició en ese instante su imparable carrera hacia el estrellato mediático, hasta culminar en el torpe y desagradable incidente de la clausura, prefijado en su agenda, pero ésta vez con consecuencias para su estratagema. Con lo que no contaba Chávez era con la adecuada, educada y certera respuesta del presidente español, y mucho menos, con la reacción pública de enojo del rey Juan Carlos.
El espectáculo es inherente al personaje. Su protagonismo mesiánico, plagado de tópicos antiimperialistas, le confiere réditos políticos que explota para consumo de sus fieles seguidores. Pero genera al mismo tiempo hostilidades, con esa gran capacidad que tiene para hacer amigos, en países dónde pudiera existir cierta consideración hacia alguna de sus políticas. Chávez pretende que le consideren el heredero de Fidel Castro pero le falta, entre otras muchas cosas, consistencia intelectual. No está a la altura. Castro ha tenido la astucia e inteligencia, desde incluso antes del triunfo de su revolución en Cuba, de mantener su influencia sin el valor de recursos naturales añadidos, sin necesidad de una coyuntura en la que el barril de petróleo se acerca a los 100 dólares.Desde el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se han impulsado políticas eficaces de cooperación al desarrollo con todos los países de América Latina presididas por el respeto y la no ingerencia en los asuntos internos de sus gobiernos. El diálogo americanista no exento de conflicto en sustitución del modelo de confrontación e intervención paternalista aplicado como máxima en los gobiernos del Partido Popular. José María Aznar viajó a Venezuela la pasada semana. Fiel a su costumbre, y sin importarle lo más mínimo el papel que debiera desempeñar como expresidente, se despachó de forma atronadora contra Chávez. Y claro, Chávez no desaprovechó el envite de Aznar para devolverle la cortesía de forma explosiva, como no podía ser menos. Una mecha con la que dinamitar una cumbre en la que los acuerdos alcanzados restan protagonismo al discurso chavista en la región.Aunque Chávez se lo hubiera propuesto, este incidente no eclipsa ni ensombrece los significativos acuerdos alcanzados en una cumbre cuyo eje central era el de la cohesión social. O dicho de otra forma, en palabras de la anfitriona Michelle Bachelet, "legitimar el sistema democrático mediante el otorgamiento de protección e igualdad de oportunidades para sus ciudadanos y ciudadanas". Unas medidas consensuadas en su declaración final y en el plan de acción para ser implementadas que otorgan credibilidad a la realización de este tipo de encuentros y que logran acercarse de forma real, esta vez de forma nítida, a las inquietudes y necesidades de las personas.Así, se acuerda el desarrollo del primer Convenio Iberoamericano de Seguridad Social, del que podrían beneficiarse más de cinco millones de latinoamericanos, reconociendo además el derecho que asiste a cualquier trabajador a sumar todas sus cotizaciones realizadas en diferentes países al final de su vida laboral. Se contemplan también reformas tributarias para que desde los estados se disponga de recursos propios para enfrentar la desigualdad "que conspira contra el crecimiento económico, que mina el sentido de pertenencia". Hasta 53 compromisos de relevancia en un plan de acción pragmático que ahora deberá ser aplicado por cada uno de los países para que las definiciones se concreten en la práctica ante los graves desajustes de la región. Y es que según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) "el modelo neoliberal, sostenido por Estados Unidos, ha condenado a la pobreza a 209 millones de personas, y a la indigencia a 81 millones". O en palabras de la presidenta Bachelet: "En 1980, cuatro de cada 10 latinoamericanos vivían en la pobreza. En el 2006, cuatro de cada seis siguen viviendo en la pobreza". También en la Venezuela del presidente Chávez.