Perú es un país que está sufriendo una ola de emigración causada principalmente por la falta de trabajo. En los últimos cinco años, entre 2001 y 2005, han emigrado más de un millón de peruanos en busca de un futuro mejor. Estas cifras, ya alarmantes por sí solas, se tornan peores teniendo en cuenta que la proyección de migración del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) era de 300.000 personas, casi cuatro veces menos. La percepción del Gobierno de la realidad peruana dista mucho de ser una percepción realista.
Más de un millón de peruanos abandonan el país entre 2001 y 2005
Perú es un país que está sufriendo una ola de emigración causada principalmente por la falta de trabajo. En los últimos cinco años, entre 2001 y 2005, han emigrado más de un millón de peruanos en busca de un futuro mejor. Estas cifras, ya alarmantes por sí solas, se tornan peores teniendo en cuenta que la proyección de migración del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) era de 300.000 personas, casi cuatro veces menos. La percepción del Gobierno de la realidad peruana dista mucho de ser una percepción realista.
Perú se ha quedado sin 1.124.000 personas en edad fértil y productiva – entre los veinte y los treinta y nueve años- que han emigrado a otros países ante la falta de trabajo y de oportunidades. Con esta tendencia a la migración ya son más de dos millones los peruanos que viven en el extranjero. Otra de las sorpresas con las que se ha encontrado la sociedad peruana con la aparición de los datos preliminares del censo de población 2005 es que la población no ha alcanzado los 28 millones que se estimaban, sino que se ha quedado dos millones atrás, con 26.734.722 habitantes.
“Estos resultados nos dan un nuevo paisaje de Perú en que la característica más sobresaliente es el despoblamiento en el área rural y un proceso migratorio de jóvenes al exterior que no se preveía en esa magnitud”. Así resumía los desconcertantes resultados el jefe del INEI, Farid Matuk. La nota positiva, como bien expresaba Matuk, es que en 2005 la más alta concentración de población se encuentra en Lima, donde viven el 29% de los habitantes de Perú. Este centralismo urbano se debe en parte a los grandes flujos migratorios del campo a la capital ocurridos durante la década de los ochenta y los noventa a causa de la violencia terrorista.
Los datos que tanto han sorprendido a los peruanos no son sino el reflejo del deseo, cada vez mayor, de abandonar la patria para buscar un lugar con más y mejores posibilidades que las que ofrece actualmente Perú. Esta cruda realidad se revela en datos estremecedores que señalan que el 85% de los escolares peruanos quiere abandonar el país. El desencanto de los escolares es la traducción de la mala situación que vive Perú en el tema de la educación: sólo el 39,7% de los centros educativos estatales tienen servicio eléctrico; el 45% cuenta con agua potable; y el 77% de los techos de las escuelas están hechos con fibra y no con material armado. Unas cifras nada alentadoras en cuanto al futuro de la educación en el país y, más allá, en cuanto al freno de la emigración.