Nelsa Curbelo (Ecuador) es directora de SER PAZ, una corporación no gubernamental radicada en Guayaquil que se dedica a la mediación dialogada entre diversos sectores sociales cuyos conflictos están marcados por la violencia. Curbelo ha aprovechado su estancia en Barcelona para visitar la sede de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, entidad con la que colaboró hace unos meses interviniendo en unas jornadas sobre jóvenes latinoamericanos. Esta mediadora por la paz conoce como nadie las inquietudes que rodean a estos colectivos y por ello lanza un mensaje de alarma sobre lo sucedido recientemente en la localidad madrileña de Alcorcón.
Nelsa Curbelo, mediadora por la paz: “Hay que tener mucho cuidado con lo sucedido en Alcorcón porque hay jóvenes que les gusta ser conocidos aunque eso pase por hacer el mal”
Nelsa Curbelo (Ecuador) es directora de SER PAZ, una corporación no gubernamental radicada en Guayaquil que se dedica a la mediación dialogada entre diversos sectores sociales cuyos conflictos están marcados por la violencia. Curbelo ha aprovechado su estancia en Barcelona para visitar la sede de la Fundación Casa Amèrica Catalunya, entidad con la que colaboró hace unos meses interviniendo en unas jornadas sobre jóvenes latinoamericanos. Esta mediadora por la paz conoce como nadie las inquietudes que rodean a estos colectivos y por ello lanza un mensaje de alarma sobre lo sucedido recientemente en la localidad madrileña de Alcorcón.
Hace pocos días, en Alcorcón hubo una serie de incidentes entre jóvenes españoles y latinoamericanos que removieron ese potaje tan peligroso de la xenofobia. ¿Se ha podido hacer una idea de lo que está pasando y de lo que puede pasar a partir de ahora?
He oído comentarios, he leído la prensa. Es un tema muy grave y lo es más para los españoles que para los latinoamericanos. Habría que hacer una especie de seminarios para manejar estos temas, porque sino se nos escaparán de las manos. El problema produce dos fenómenos: cohesiona por un lado a los latinoamericanos y a la vez va a cohesionar a los jóvenes españoles “en contra de”, y van a hacer lo mismo: crear grupos, bandas con nombres propios, como nosotros tenemos allí... Hay que tener mucho cuidado.
A los jóvenes les gusta ser conocidos. Si eso pasa por hacer el mal, uno seguirá haciendo el mal. Si la fama viene porque has inventado algo bien hecho y sale en los periódicos, también seguirán por ahí. La ecuación no es exacta pero viene a ser eso. Toda la cuestión tiene que ver con los sentimientos, que tanto los tienen quienes sufren los ataques como quienes atacan, y en la juventud es algo con lo que se debe ir con mucho cuidado. Adolescencia significa ponerse en contra de lo que sea y muchos muchachos no saben ni de qué están en contra.
En Catalunya, los Reyes y Reinas Latinos se han consolidado como asociación y el problema parece solucionado...
Está muy bien, pero tienen que cuidar la cuestión, porque tiene un equilibrio inestable. El modelo de Catalunya resulta mucho más eficaz que otros modelos. La represión no es buena, es poner una tapa en una olla a presión. Lo que hay que hacer es sacar la tapa y ver lo que hay dentro.
Atentado de ETA
¿La sociedad española va a ver de una forma distinta a la comunidad ecuatoriana a partir del atentado de Barajas?
No sé cómo lo verá la sociedad española, pero la comunidad ecuatoriana se dio cuenta, de repente, de que existía el problema vasco. No eran conscientes. Ahora se preguntan,¿será que habrá otro atentado? ETA no era un tema que los inmigrantes hablaran con su familia. Ahora sí, y toda la prensa de Ecuador habla también de la cuestión, incluso las caricaturas de los periódicos.
¿Cómo valoran desde Ecuador la reacción del Gobierno y la sociedad española tras el atentado?Ha causado mucho impacto la manera en que el gobierno español ha tratado a las víctimas. Primero los buscaron, luego pusieron psicólogos a los familiares y encima el príncipe Felipe fue a sus casas a visitarlos, y también a la misa funeral. En sus países, estas personas no tienen nada de eso ni en las peores condiciones: te las arreglas como puedas. También hay que añadir la ayuda económica, pero eso no les importa tanto: a los ecuatorianos les preocupa mucho más el tema de las emociones.