Bolivia, uno de los países más pobres del mundo, y el más pobre de América Latina, viviría un acontecimiento mayúsculo con la victoria del MAS (Movimiento al Socialismo) de Evo Morales.
Por primera vez, y tras un largo y convulso período de políticas neoliberales, un líder aymara se convertiría en presidente del gobierno boliviano. Un país que pese a disponer de abundantes recursos naturales, vive la paradoja de encontrarse en el lugar 113 de 177 en el listado que clasifica los estados en función de su Índice de Desarrollo Humano (índice que contempla ingresos económicos, educación y salud).