(Entrevista publicada el 09/07/2008) El director teatral colombiano Omar Porras ha participado en el ciclo de teatro iberoamericano que organiza Casa Amèrica Catalunya hasta el mes de octubre, "Del Texto a la Sala". En la segunda parte de la entrevista realizada con motivo de su visita, el que fue hijo de campesinos desplazados por la violencia de su país y finalmente exiliado a Europa para "evitar coger el fusil, que es en realidad el único éxito social al que aspiran los pobres", comenta los hechos que desde hace una semana han acaparado las noticias de actualidad latinoamericanas. El rescate de la ex-candidata a la presidencia de Colombia en 2002, la franco-colombiana Ingrid Betancourt, y de otros 14 rehenes secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), plantea un panorama político de futuro en el país ante el que el prestigioso director teatral residente en Suiza desde 1990 se muestra abiertamente optimista.
Omar Porras (Colombia), director del Teatro Malandro: “Sería fabuloso que gracias a Ingrid Betancourt el mundo y los colombianos abrieran los ojos”
¿Qué lectura política hace del rescate de Betancourt y los otros 14 rehenes?La suerte que tenemos en Colombia no ha sido la liberación de Ingrid en sí sino más bien el personaje político que ella representa. Ahora, ojalá algo la ilumine a ella para que su tendencia política la lleve a crear una oposición, una oposición real. Ella le debe la vida a Uribe, pero es el trabajo y la obligación del presidente liberar a sus ciudadanos de cualquier tiranía. Ella es ahora mismo el personaje más importante en el mundo, con una carrera política y una visión política. Salir de Colombia a los dos días, ir a Francia y agradecerle a Sarkozy, todo esto se hace a partir de una visión muy inteligente de estrategia política. Si eso puede servir para que se le abran los ojos al mundo y sobre todo a los colombianos de que hay problemas que solucionar, sería fabuloso.¿A qué problemas se refiere?El país ha sufrido mucho. Son tres, cuatro generaciones marcadas por la guerra, la duda, la manipulación, la corrupción... Todos los colombianos hemos tenido que vivir en esta corrupción de una manera indirecta, todos, y hemos sido llevados a vivir y convivir con ello. Eso no se arranca de un día para otro, es muy difícil.Ciertamente, parece difícil que un episodio como el rescate de los 15 secuestrados solvente los problemas endémicos de Colombia...Yo estoy muy contento de que el mundo esté enterándose de todo esto y que esté dudando. Esto ya no es un problema local. Realmente, ustedes no sabían de esto. Sabían que en Colombia había narcotraficantes y guerrilleros, y poco más. Al mismo tiempo, me duele que estemos acabando con la memoria del por qué surgió el movimiento revolucionario. Acepto que cometieron graves errores, la guerrilla la embarró en estos últimos años. Pero no nos podemos contentar de que hayan matado a un Reyes, porque es un ser humano. Colombia se felicitó por ello, estas muertes y las de otros guerrilleros, como la de Tirofijo, se aplaudieron y celebraron, cuando es la misma muerte de cualquier soldado, de cualquier ciudadano. Y encima de eso, nos hacen creer que son terroristas absolutos, mientras estamos olvidando de dónde salieron esas Fuerzas Armadas. Campesinos que estaban desamparados, sin apoyo alguno, y que decidieron tomar las armas, no para crear sus leyes sino para proteger las leyes y los principios de democracia. Eso degeneró, obviamente, pero el origen no lo podemos olvidar. Lo grave es que un estado borre o pretenda borrar la memoria, el origen de todas esas cosas. También es polémico, no digo que no, pero ¿dónde no hay contradicciones?¿Puede contribuir el teatro a construir la paz en Colombia?Es difícil pelear contra un gobierno que está convencido de que la paz y la democracia se defienden únicamente con la guerra y con las armas. Toca tomar las armas también, y qué mejor arma para fusilar el odio, la ignorancia y la falta de memoria que el arte, la poesía, la cultura. La labor que estamos haciendo en Colombia y lo que pretendemos algunos artistas es dar a entender que nuestra contribución con el arte y con la cultura es un arma fuerte contra el olvido, contra el pesimismo, contra la violencia. Cuando se crece y se aprende con odio, se actúa de esa manera. Pero si a este pueblo que ha sufrido tanto le podemos ofrecer educación y cultura, eso le abrirá los ojos y el corazón a la gente. No soy pesimista, aunque la tarea es muy grande, porque todos podemos aportar nuestro grano de arena a esta situación. Pero no podemos hacerlo solos, hay que colaborar con el estado, con el gobierno. Y es el gobierno el que se tendrá que dar cuenta de que no será sólo con balas con lo que se va a ganar el corazón del pueblo. ¿Has trabajado en Colombia desde que te instalaste en Europa?He ido invitado al Festival Iberoamericano de Teatro, pero nunca he logrado hacer un espectáculo allí. Todo esto se está tejiendo ahora, para que hagamos una obra con artistas de allí, aunque la producción se haga en Europa. Será una producción pensada para el Bicentenario de la Independencia, del país con textos del escritor William Ospina, con el que estamos trabajando en otro proyecto para la alcaldía de Bogotá también para el Bicentenario. Me han pedido una obra de teatro o una ópera para reabrir el Teatro Colón de Bogotá en 2010, y con William hemos decidido hacer este proyecto juntos con una obra sobre la independencia colombiana y la figura de Simón Bolívar. Será fantástico trabajar con William Ospina, pues tiene una visión de la historia muy rica y equilibrada. Él da valores a lo que fue la colonia, a la independencia, la revolución... Él debería diseñar la reforma educativa de la asignatura de historia en el país: ¡ésa sí sería una visión alternativa y nueva para nuestra sociedad!