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25/10/2011 / Barcelona

Paseo triunfal del kirchnerismo

Artículo del director general de Casa Amèrica Catalunya, Antoni Traveria, publicado en la edición del domingo 23 de octubre en El Periódico de Catalunya, con motivo de la celebración de elecciones presidenciales en Argentina. “Veinte días antes de su toma de posesión como presidente, el 5 de mayo del 2003, el diario ‘La Nación’ dio su particular bienvenida a Néstor Kirchner en un editorial: «La Argentina decidió darse un gobierno por un año». Ocho años después, un grupo poderoso de comunicación y dos periódicos hegemónicos, ‘La Nación’ y ‘Clarín’, han seguido machacando al Gobierno en un intento desesperado por influir en los electores y evitar así que el inevitable triunfo de Cristina Fernández alcance la categoría de histórico.

Hace ya meses que la oposición política, resignada a su suerte, bajó los brazos con su rendición buscando el premio de consolación en el segundo puesto. En un diálogo «irreverente» publicado en su libro El Flaco, el prolijo escritor argentino José Pablo Feinmann cuenta que en el 2003, Néstor Kirchner le dijo: «Mirá, aquí hay que empezar de cero. El país está destruido. Pero en serio. Destruido. Hay que remontar 30 años de fracasos. No hay Estado. Sin un Estado fuerte,¿qué puede hacer un Gobierno popular?» Reciente estaba entonces el desastre de aquel corralito de finales del 2001, tras una década infame de institucionalizada corrupción con los gobiernos de Carlos Menem. ¡Que se vayan todos!, era el grito desgarrado de una mayoría enfurecida contra una clase política que les había llevado a la ruina. Cuatro presidentes. Una vez más en la historia argentina, un presidente del radicalismo, Fernando De la Rúa, se veía forzado a abandonar el poder antes de cumplir su mandato, huyendo en helicóptero después de que la policíamatara a 39 manifestantes. Vino después otra semana de esperpentocon cuatro presidentes peronistas, siendo finalmente Eduardo Duhalde,el exgobernador de Buenos Aires, el encargado de conducir el proceso hacia las presidenciales del 2003. Y en eso llegó Kirchner, derrotando a un Menem que decidió dar un nuevo espectáculo anunciando su renuncia a competir en segunda vuelta para evitar que Kirchner pudiera lograr un triunfo humillante para él, similar al de Jacques Chirac ante Jean-Marie Le Pen en la segundavuelta de las presidenciales de mayo del 2002. Los derechos humanos dieron legitimación política al kirchnerismo al sintonizar con una reclamación social mayoritaria. Las condenas y los procesos judiciales abiertos por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura son una referencia mundial para quienes reclaman verdad y justicia, además de preservación de la memoria. La estabilidad económica –obsesión para cualquier argentino–, el crecimiento de un 8% previsto para este año y el control político sobre los gremios sindicales forman parte del elevado nivelde aceptación.Tampoco los casos de corrupción, aún siendo algunos muy graves, dan a entender que el fenómeno sea mayor que en cualquier otro gobierno anterior, al igual que con el fenómeno de la inseguridad. El jueves se cumplirá el primer aniversario de la repentina muerte de Néstor Kirchner. Su heredera política, su viuda, podrá ofrecerle un triunfo que le conducirá, por el momento, hacia el 2015".