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30/01/2009 / Barcelona

Recuerdos, anécdotas y canciones ponen fin a las jornadas sobre el Tren Popular de la Cultura, la experiencia artística del gobierno Allende para llevar cultura a los puntos más remotos de Chile

Las emociones y las sorpresas han marcado la segunda y última jornada dedicada al Tren Popular de la Cultura, una iniciativa del gobierno de Unidad Popular chileno presidido por Salvador Allende que tuvo lugar hace 38 años. El actor Pedro Villagra, el escritor Edmundo Herrera, el cantautor Nano Acevedo y el maestro de guitarra clásica, Eulogio Dávalos, todos ellos integrantes de aquel tren que en un mes recorrió miles de kilómetros de los viales secundarios del tendido ferroviario chileno para llevar música, teatro y poesía allí donde nunca llegaba, han recordado con sonrisas y alguna lágrima el espectáculo que ofrecían en su recorrido, así como varias anécdotas que se desencadenaron aquel mes de enero de 1971, que todos coinciden a definir como “inolvidable e irrepetible”. “Era un tren cargado de pan”, ha afirmado con voz temblorosa el poeta Edmundo Herrera, “porque la cultura es el pan de la vida”.

Los artistas del Tren de la Cultura convocados en Casa Amèrica Catalunya han explicado que el suyo no era un espectáculo cualquiera, sino que la intención era “hacer del público el protagonista de su problemática local y ayudar en encontrar soluciones a aquellos problemas” a través del arte, tal y como ha declarado Eulogio Dávalos. Por ello, Dávalos y sus compañeros sienten un “gran orgullo” por haber participado en aquella comitiva artística que los “hizo crecer como personas”. El actor Pedro Villagra ha representado alguna de las escenas que improvisaban para que, mediante las técnicas del Teatro del Oprimido, el público se identificara con la situación representada y se abriera un debate sobre aquella problemática. En este sentido, la experiencia de los integrantes del Tren superó cualquier expectativa puramente artística para convertirse en una “lección de humanidad”, en palabras del cantante Nano Acevedo. “Soy un agradecido del presidente mártir”, ha continuado explicando Acevedo, quién afirma no pertenecer a ninguna corriente política y se declara exclusivamente “allendista”.  La sorpresa ha llegado con Aurora Quintanilla, una chilena residente en Barcelona que participó en el Tren Popular de la Cultura Infantil el mismo año 1971 y que ha asistido como público a estas jornadas organizadas por Casa Amèrica Catalunya. El Tren Popular de la Cultura Infantil fue una iniciativa posterior a la de adultos que durante una semana hizo viajar a un centenar de niños y adolescentes para llevar sus espectáculos por todo el país. Con la intervención de Quintanilla se ha reivindicado que éstas y otras iniciativas del gobierno Allende sean recordadas y conmemoradas en Chile “con el honor y la justicia que se merecen”. El acto ha finalizado con una versión improvisada de la canción “No nos moverán”, que ponía punto final al espectáculo del Tren, en la que también ha participado Enrique San Martín, responsable del departamento de cultura del Ministerio de Educación chileno en 1971, y un público entregado que ha llenado el auditorio de la Fundación al completo.