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04/03/2008 / Barcelona

Silvia Villacorta, pedagoga guatemalteca: “La educación en Guatemala no es coherente con las necesidades de la población, y las principales perjudicadas son las mujeres”

Casa Amèrica Catalunya ha acogido un acto organizado por la Asociación SHARE de Ayuda a Guatemala que, con motivo del Día de la Mujer, el próximo 8 de marzo, ha reunido a expertas en diferentes campos de las ciencias sociales para debatir la situación de la mujer en Guatemala. Han intervenido la historiadora Patricia Martínez Álvarez, profesora de la Universidad de Barcelona; la arqueóloga y artista guatemalteca Lucía Morán Giracca; Silvia Villacorta, profesora y pedagoga guatemalteca exiliada en Barcelona desde hace 10 años; y Celeste Flores, representante de la Asociación SHARE en España, quien ha afirmado que “la triple opresión de ser mujer, indígena y pobre es una realidad para la mayoría de mujeres guatemaltecas.”

La Asociación SHARE de Ayuda a Guatemala, radicada en Sabadell (Barcelona) desde 2004, centra su actividad en la ayuda a aquellos colectivos y grupos que se encuentran en situaciones extremas con riesgo de marginación social en Guatemala. Trabajan sobre todo en las zonas rurales, donde las mujeres –la mayoría indígenas, y viviendo bajo el lindar de la pobreza– son el principal grupo de exclusión. Según ha explicado Celeste Flores, es por este motivo que “la equidad de género es uno de los ejes transversales que afectan todas las acciones de la asociación”, enfocadas en cuatro líneas de actuación: salud y nutrición; educación; mejora de los ingresos familiares, y fortalecimiento del poder local. En referencia al sistema educativo guatemalteco, la pedagoga Silvia Villacorta ha indicado los principales problemas que provocan, entre otras consecuencias, una de las tasas de analfabetismo funcional más elevadas de América Latina: la falta de cobertura educativa nacional, las insuficientes infraestructuras y escasez de recursos humanos, una estructura burocrática anquilosada y corrupta, etc.  Según la experta, son problemas que implican una profunda “incoherencia entre el sistema educativo y la vida real de las personas” y que ponen en evidencia una “desatención a la diversidad” existente en un país donde, por ejemplo, cohabitan 54 lenguas indígenas. “La apuesta por el bilingüismo significa atender a la diversidad lingüística de Guatemala”, ha declarado, “pero hay que atender también a la diversidad étnica y, sobre todo, de género. Tenemos que perder el miedo a reconocernos diferentes, a reconocer el rol específico de la mujer en la sociedad rural guatemalteca y así empezar a atender a sus necesidades.”