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05/10/2010 / Barcelona

Skármeta presenta en nuestra Casa ‘Un padre de película’, “una novela que me salió del corazón y del alma” (1)

El chileno Antonio Skármeta es un enorme escritor, reconocido en el mundo entero, y un seductor de igual calibre en la distancia corta, según quedó certificado en la rueda de prensa celebrada en Casa Amèrica Catalunya para la presentación de su última novela, “Un padre de película”, publicada por Planeta. Ante los periodistas, Skármeta dio las claves y los secretos de su creación con un dominio del escenario y de lo que deseaba oír la crítica que habría servido para un seminario de la venta por persuasión y convicción mediante el talento bien entendido… No salió a hombros, pero casi. Al fin y al cabo, y ese es su mérito, desde “El Cartero de Neruda”, la bella pieza trasladada a 30 lenguas y el cine con la que enamoró a media Humanidad y cuyo legado de afecto por él aún perdura. 

A punto de partir para Frankfurt,  en cita ineludible con la Feria de Libro, y llegado de estrenar la ópera “Il Postino” en Los Ángeles al lado de Plácido Domingo –lo que daría para alguna jugosa anécdota-, Antonio Skármeta quiso explicar de manera sencilla la trama de Un padre de película “porque si hacéis caso de algunas críticas, os haréis un enredo padre. Y suerte que han resultado muy buenas. Para mí, se trata de una novela muy clara, prístina, de textura respirada, muy natural, nada retórico, de tono nada destilado”. ¿Cuántos escritores serían capaces de tranquilizar a su potencial audiencia con una primera definición así?. Pero no crean del todo a Skármeta, hay más, mucho más. Y aquí llega, en cascada regular desde su propio razonamiento de creador sin contradicción ninguno: “Aunque detrás del tono apacible, ves lo que hay debajo del agua. Grandes pasiones que, cuando estallan en sus protagonistas, conmocionan a cuantos personajes conviven en la novela, condenada a existir en un espacio físico y temporal pequeño, en un pueblo chileno chico. Es una obra de lo más atemporal. Un padre de película busca emociones esenciales del ser humano y no existe nada más esencial que una relación entre padre e hijo, entre madre e hijo dentro de una familia. A nadie se le enseñó, se nos enseñó como serlo. Es la propia vida la que termina de pulir esa relación con su práctica”. Ya que el escritor se digna a explicar los entresijos del texto, dejemos a Skármeta explayarse: “Un profesor de película gira en torno a un modesto profesor recién licenciado del sur de Chile, que puede ser de cualquier aldea del mundo no contaminada por los ruidos de la globalización, ésa que nos llena a todos de bosques que no nos dejan ver el árbol. Lo secundario tapa lo primordial. Sí, es una novela intimista porque no quiero vulnerar a mis héroes. Este héroe mío vuelve orgulloso allá donde nació dispuesto a impartir clases con 21 o 22 años. Justo en el tren de regreso, ve a su padre francés partir del mismo lugar rumbo hacia su París natal, a ver a sus vieux copains (viejos amigos), a su Brigitte Bardot, a sus nostálgicas referencias….”. Y sigue Antonio en su monólogo, con los periodistas tomando nota, medio extasiados: “La novela parte de ahí, con el joven sentimentalmente herido. Por supuesto, es ficción. Nada de lo que se escribe ahí debe ser tomado al pie de la letra. Volvamos: Marchó su padre querido, su referencia. Ahora, él, como profesor, deberá hacerse cargo de chicos ya crecidos que quieren comerse el mundo, que han llegado a la adolescencia y desean la vida y el sexo. El pueblito se llama Contulmo y su sueño, donde se halla el burdel al que desean ir para desvirgarse, Angol. Piden al maestro, no sólo formación académica sólida en la escuela, sino también en las artes de la vida. Así, el hombre herido, el profesor, se transforma a su pesar también en padre…”. Confiesa Skármeta que ésta es “una novela de afectos y emociones que me salió del alma. No es nada alborotada, me salió del corazón y del alma, con una línea de flotación tranquila, en la que intento mantener una sonrisa amistosa a través de la narración a pesar de los momentos tristes”. Y todavía hay más, en la segunda parte de la crónica de esta rueda de prensa con Antonio Skármeta que hallarán en otro apartado de nuestra web.