La sesión 20N, 45 años después puso broche de oro a Las jornadas La Memoria de los Otros sobre Memoria Histórica y Cultura de Paz organizadas por Casa Amèrica Catalunya. Moderados por Rubén Chababo, director del Museo Internacional para la Democracia de Argentina, Isabel Piper, doctora en Psicología Social; Emilio Silva Barrera, sociólogo y fundador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH. España), y Jordi Font, historiador y director del Memorial Democràtic de la Generalitat de Catalunya, debatieron sobre procesos de transición política de una dictadura a la democracia como los de España y Chile y su afectación en la Memoria Histórica. Y no para bien, ya que en ambos casos esta materia quedó “bajo la alfombra”.
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Transiciones políticas en España y Chile: El olvido y la desmemoria como estrategia
Emilio Silva Barrera ha explicado que él “es producto de lo que la Transición española no quiso afrontar”. Nieto de desaparecidos republicanos, hace 20 años logró exhumar los cuerpos de sus abuelos y a continuación, y a causa de la desatención del Estado, impulsó la ARMH para ayudar a otras familias en situación similar, no en vano se estima que al menos unos 100.000 cadáveres de represaliados durante la guerra civil siguen en cunetas y fosas comunes esparcidas por todo el territorio.
“España se dedicó a exportar al mundo que lo tenía todo resuelto cuando en realidad el camino a seguir era la impunidad, barrer todo bajo la alfombra. Lo de la “Transición ejemplar” es terrible, han vendido un modelo que no tiene nada que ver con la realidad”, se ha lamentado Silva. El sociólogo ha subrayado que en el franquismo hubo un sinfín de violaciones de Derechos Humanos en alusión a episodios ajenos a la represión violenta de los disidentes polítcos e ideológicos como la administración de las vacunas contra la poliomelitis solo a hijos de las clases dirigentes, las terapias de shock a lesbianas y homosexuales o los robos de recién nacidos para darlos en adopción a familias afines al régimen.
Al respecto, el historiador Jordi Font ha manifestado que la Transición española fue el resultado de las negociaciones de las fuerzas que la hicieron, por lo que lejos de calificarla de “modélica” o “no modélica” la define como coyuntural: “Ninguno de los contendientes tenía la fuerza suficiente para imponerse y el antifranquismo se vio obligado a hacer muchas concesiones como dejar de lado a las decenas de miles de muertes que exigían restitución”. “Arrastramos las secuelas de un pecado original”, ha añadido.
Emilio Silva ha recordado que las víctimas del franquismo han tenido que acudir a un juzgado de Argentina para iniciar una querella amparados por la justicia universal ya que la Ley de Amnistía de 1977, votada también por la izquierda española, impìde investigar y juzgar esos hechos en España. “Cuando acaban las dictaduras, empiezan a trabajar los organizadores del olvido”, ha citado Silva al poeta argentino y Premio Cervantes Juan Gelman. Y como prueba de la pereza e incomodidad con las que la justicia española afronta las exhumaciones de cadáveres de desaparecidos, Silva ha señalado que el 98% de los jueces españoles no acuden a inspeccionar las fosas comunes que van siendo localizadas aunque la actual Ley de Memoria Histórica les obligue a hacerlo.
Sobre el caso de Chile, Isabel Piper ha apuntado que la Transición a la democracia actuó como “dispositivo de pacificación” asentado en el “no remover el pasado” y utilizó la politización extrema como amenaza, instrumentalizando “la memoria del dolor”: “Si lo remueves, acabaremos en otro golpe”, ha explicado para refirirse a la espada de Damocles del sangriento levantamiento militar de 1973 con el que el general Pinochet derrocó al gobierno legítimo de Salvador Allende. Un modelo de transición a la democracia al que pondrá punto final la nueva Constitución que superará la actual Carta Magna redactada bajo la tutela de Pinochet. Así lo han refrendado los chilenos en las urnas tras protagonizar masivas manifestaciones que obligaron al presidente del país, Sebastián Piñera, a iniciar a regañadientes el proceso constituyente. “Los recientes levantamientos sociales en Chile demuestran justamente lo viva que está la Memoria en el país”, ha subrayado Isabel Piper.
De regreso al caso español, Emilio Silva se ha felicitado de que con el impulso de las exhumaciones de asesinados y torturados “se ha logrado visibilizar los crímenes del régimen franquista y cambiar el significado de la Transición y la Dictadura” ya que “en España se ha trabajado a conciencia la ignorancia acerca del pasado”. En este sentido, Jordi Font ha loado “la eclosión, a mediados de los años 90, de los nietos de las víctimas del franquismo que lucharon para saber qué pasó y no solo eso: también lucharon contra el olvido ético y político y contra la desmemoria en el ámbito público”.