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19/04/2012 / Barcelona

El debate sobre la ilustración infantil y juvenil cierra las Jornadas Il·lustrAmèrica

En la tercera y última de las Jornadas Il•lustrAmèrica, Casa Amèrica Catalunya ha organizado las mesas de debate sobre Ilustración y prensa, y posterirmente sobre Dibujo y palabra.

En el debate sobre Ilustración y prensa, el periodista Javier Rada ha mantenido una conversación con el ilustrador venezolano Eneko, en la cual ha preguntado al dibujante sobre sus experiencias y puntos de vista sobre la labor del humorista gráfico, el potencial comunicativo de la ilustración y sus relaciones con el artículo de opinión en prensa.

La charla ha ido intercalada con la proyección de ilustraciones de Eneko, que hacían referencia a la realidad española de los últimos años. El ilustrador ha recalcado su visión sobre el humor gráfico como “la expresión de una posición política frente a un contexto”, opinión que según sus palabras suele ser divergente.

Al realizar un recorrido por su carrera y los obstáculos que debió afrontar en un principio frente a la censura y la edición, ha declarado que “si ahora me piden una ilustración, voy a dar mi opinión”. Esta primera parte ha debido extenderse más de lo planeado pues el público pedía entre risas y aplausos que se proyectaran más dibujos de Eneko.

Posteriormente, en la mesa redonda sobre Dibujo y palabra dedicada a la ilustración en la literatura infantil y juvenil, la experta en literatura para niños y jóvenes, Brenda Bellorín, ha moderado una conversación entre la ilustradora cubana Alba Marina Rivera, la argentina Mariana Chiesa y el editor independiente Alejandro García Schnetzer.

Ambas ilustradoras han relacionado su proceso creativo al dibujar libros para niños (trabajo que han desarrollado mayormente en Barcelona) con sus experiencias personales como emigrantes. La autorreferencia parece, en la conversación, como una fuente de ideas. Alba Marina reconoce como su único referente en el momento de la creación el de ella misma cuando de niña, dice, “recuerdo las cosas que me gustaban y desde ahí creo mis imágenes”, y Mariana cree que “siempre hay un componente de autorreferencialidad” y esto es interesante pues muchas veces los libros para niños son también aptos e interesantes para los adultos.