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25/02/2011 / Barcelona

Unanimidad en el primer debate de Casa Amèrica Catalunya sobre el combate contra las drogas: el prohibicionismo ha fracasado y hay que avanzar hacia la legalización

El debate “Drogas: ¿combate en punto muerto?” ha sido intenso y clarificador gracias a la nítida y argumentada postura de los escritores y periodistas Alma Guillermoprieto (México) y Héctor Abad Faciolince (Colombia) y de la profesora de Derecho Penal y ex directora general del Plan Nacional sobre Drogas español, Araceli Manjón-Cabeza. Los tres han coincidido en calificar de “fracaso absoluto” la guerra contra las drogas y han abogado por avanzar hacia su legalización. “La prohibición ha regalado el negocio al ‘narco’. No se puede seguir con la locura de este sistema. La legalización es necesaria”, ha dicho Manjón-Cabeza. Antoni Traveria, director general de Casa Amèrica Catalunya ha moderado e introducido el acto aludiendo a los más de 30.000 muertos en México en tan sólo cuatro años de “guerra contra las drogas”.

El drama mexicano es hoy día la punta de lanza de los devastadores efectos de la represión del narcotráfico. Alma Guillermoprieto conoce muy bien sus circunstancias: “Los jóvenes tienen una razón para morir, la obsesión por el consumo. Están dispuestos a matar o dejarse morir por un coche todoterreno o por una gorra de beisbol”. Para la intelectual mexicana, otros elementos esenciales son el machismo de la violencia, “con hombres que coleccionan mujeres y mujeres que se dejan coleccionar”; religiones inventadas expresamente, como el culto a la Santa Muerte, y la “inoperancia absoluta” de la justicia, que provoca “un desamparo institucional ante una guerra imbécil que no es nuestra y en la que, sin embargo, estamos peleando”. Según Héctor Abad Faciolince, la guerra contra las drogas es también “ridícula y absurda”. “Hay que despojar este tema de hipocresía y moralismos absurdos y hablarlo de forma abierta”, sostiene. “En Colombia es un círculo vicioso que ya dura 25 años y que seguirá reproduciéndose una y otra vez como un monstruo mitológico”. Y añade: “defender la legalización no es defender a los ‘narcos’ sino todo lo contrario”. Según el escritor de Medellín, el único sistema posible para reducir el daño del consumo de drogas es la educación y la información, “que la gente sepa que no existe la sobredosis de marihuana”. No menos contundente se ha mostrado Araceli Manjón-Cabeza, a pesar de su inequívoca procedencia del “sector de la represión”. “O suavizamos la prohibición eliminando sus excesos u optamos por la legalización del cultivo, producción y venta de drogas. El fracaso hoy día es absoluto y hay mayor demanda y mayor oferta”. La jurista admite que plantear la legalización puede dar “vértigo” porque nadie ha conocido un mundo sin prohibición de las drogas –empezó en 1901–, “pero hay que romper el tabú de que supone perder el control”. Y pone el dedo en la llaga: “muchos no tienen interés en legalizar la droga porque perderían el negocio”. En este punto, el del negocio, Guillermoprieto ha apuntado que “un kilo de marihuana vale 8.000 dólares cuando debería valer lo mismo que un kilo de perejil” y ha vaticinado que la “inevitable” legalización de las drogas “en 5 o 10 años” no va a resolver, sin embargo, la criminalidad ya que las organizaciones de narcotraficantes también controlan el tráfico de mujeres y niños, la prostitución y la inmigración ilegal. “Y hay un ejército de jóvenes sin educación y sin futuro”.  Puñetazo en la mesaManjón-Cabeza cree, efectivamente, que México ha perdido esta guerra “con un reguero de sangre sin precedentes”. “México debería dar un puñetazoen la mesa contra los Estados Unidos y liderar la exigencia de una discusión en Naciones Unidas sobre la suavización del prohibicionismo o la legalización de las drogas”, ha subrayado. La ex directora del Plan Nacional sobre Drogas,decepcionada con la política de la ONU en la materia –“en México, hace unos meses, practicaba un fundamentalismo atroz” – ha mostrado su indignación con Yuri Fedotov, director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC): “El zar anti-drogas tiene la postura más reaccionaria posible, con desprecio hacia los consumidores”, ha señalado.  Para Abad Faciolince, todo esto demuestra que en las drogas hay un “discurso del miedo, es un tema de terror. Por ello, abogar por su legalización no es popular”. En opinión del escritor, sin embargo, hay pasos significativos: “Barack Obama y Juan Manuel Santos, presidentes de los Estados Unidos y Colombia respectivamente, han admitido que se puede discutir sobre la legalización”. Casa Amèrica Catalunya trabaja para que a finales de mayo, los ex presidentes de Colombia y Brasil, Ernesto Samper y Fernando Henrique Cardoso expongan su pronunciamiento favorable a la legalización, de la que también se han mostrado partidarios otros ex presidentes de Gobierno como el mexicano Ernesto Zedillo o el español Felipe González. “Hay que dar un poco de chispa a la utopía y éste es un momento ideal”, ha señalado Manjón-Cabeza tras subrayar que el sistema de permisividad holandés con las drogas “funciona bien y no plantea problemas”. Alma Guillermoprieto ha recordado que “las soluciones a nivel local o europeo no arreglan el problema de los países productores de droga” aunque estima interesante que “la crisis sea físicamente visible desde el otro lado de la frontera”, en alusión a que desde la ciudad texana de El Paso se puede ver el humo de los disparos en la mexicana Ciudad Juárez.   “Se trata de una batalla para lograr que hayan menos muertos y asesinados y no para rebajar el consumo, que se combate con educación e información”, ha resumido Abad Faciolince.