Segunda parte de las reflexiones realizadas por Francisco Elías Valencia, director del diario salvadoreño Co Latino, en el transcurso del almuerzo realizado con representantes de los medios de comunicación barceloneses en el Colegio de Periodistas de Catalunya. El ganador de la Vª edición del Premio Casa Amèrica Catalunya a la Libertad de Expresión en Iberoamérica apeló a la necesidad de que el oficio regrese “a los orígenes, a su voluntad inicial de servir a la sociedad. El periodismo también es víctima del neoliberalismo. No somos, genuinamente, ni un negocio, ni una empresa”.
Valencia: “Un periódico debe servir a la sociedad. No somos ni un negocio ni una empresa” (y 2)
Dicen los estereotipos que el periodista es un curioso innato. Y dos horas de charla entre gente de este mundillo dan para picotear entre muchas flores, casi como los insectos en primavera. Así, a vuelapluma, aparecieron sobre la mesa, por citar aspectos relacionados con El Salvador y su situación política a lo largo de las dos últimas décadas, la derrota de Arena, el incremento de la pobreza, la situación educativa y el analfabetismo, la flexibilización laboral, el freno al proceso de industrialización, un rápido repaso a la historia del FMLN y sus fracciones, los 2 millones y medio de salvadoreños residentes en Estados Unidos, los efectos de la grave crisis económica, los medios de comunicación conservadores y su cultivo del miedo entre la población, la corrupción, la inmunidad, la lesa humanidad….. Y encima, el largo etcétera del que hablaría el tópico. Y la didáctica explicación a los europeos de cómo Mauricio Funes, el periodista famoso de televisión, se reconvierte en político capaz de alcanzar la presidencia de la nación. ¿Sólo cuestión de carisma?. No simplifiquemos, sostiene Valencia: “Eso sería menospreciar el papel de Funes como independiente progresista de izquierdas y su habilidad para tejer alianzas, fueran con empresarios y militares disconformes o con el FMLN. También, para forjar ese “Grupo de amigos”. La confianza que emana su persona le ha valido para ir creando sinergias, ganar empatías. Ha prometido cambiar las estructuras corruptas y el modelo de poder. Su equidistancia da rédito: El FMLN logró 900.000 votos en solitario. Con Funes al frente, saltó hasta los 1’3 millones. Mauricio anda por el 78% de popularidad y respaldo. El FMLN no llega ni siquiera al 60%. Ustedes mismos, hagan la reflexión”. Ahora, la independencia de Co Latino puede sacar pecho, aunque jamás lo haría: “Durante algunos años, sufrimos un total boicot publicitario y de fuentes de información por parte del gobierno conservador. Nos acusaron de ser el periódico del FMLN. Nunca lo fuimos y ahora se dan cuenta. Coincidimos con el Gobierno actual en pedir más y mejor democracia. Yo mismo estuve en una lista de amenazados de muerte y el presidente Cristiani nos acusó de ser una célula terrorista en otro momento de nuestro camino. Nuestra cooperativa existe para mantener un proyecto periodístico. Los 20 periodistas de la plantilla, en su mayoría jóvenes, trabajan por un sueldo mínimo y por austeridad vocacional. Hoy, por vez primera en veinte años, publicamos anuncios gubernamentales. Tenemos una buena relación con Funes porque su programa de gestión favorece a los sectores sociales más desfavorecidos, pero, amigos, eso no está escrito en piedra. Si tenemos que dedicarle un editorial crítico, no duden que se lo dedicaremos…”. Otra cuestión merecedora de punto y aparte, la Ley de Amnistía. No existe atisbo de duda en la voz de Francisco Elías Valencia: “Vale la pena pasarse 100 años luchando para obtener su derogación. Al FMLN le da terror impulsar la revisión de la ley por no arriesgarse a la reacción de la derecha y no verse inmiscuido en la pelea de la memoria. La tesis que sostienen los jesuitas en El Salvador es, hoy por hoy, la más cercana a la solución definitiva: Es necesario conocer la verdad y perdonar. A la ‘Comisión de la Verdad’ no se lo dijeron todo. Existen informes confidenciales no divulgados sobre el asesinato de monseñor Romero, de la muerte violenta de los jesuitas o de ciertos casos de la guerrilla. Los responsables máximos de estos casos flagrantes o están libres o nunca fueron procesados”. El pasado 16 de enero, Mauricio Funes se desmarcó sensiblemente de sus antecesores al pedir perdón en público en nombre del Estado por tales atrocidades. El dilema obvio consiste en preguntarse si el gesto, aún apreciable y de valor, es suficiente. Antes de acabar, casi con el café, un par de pinceladas a la ‘sección’ de Internacional basada en nombres propios. Primero, Hugo Chávez, definido así por Valencia: “Su proyecto bolivariano es totalmente incomprendido desde Europa en muchos aspectos de carácter social. Su estilo y manera de hacer lo tapa todo. Desde luego, creo que ha llegado el momento de cambiar el modo de realizar la política internacional y sus intentos han hecho que caiga mal”. Segundo de la lista, otro nombre y apellido casi igualmente obvio, Barack Obama: “Generó las altísimas expectativas que conocemos por su color de piel, pero Estados Unidos es Estados Unidos y su carácter imperialista no cambia. Sigue aferrado a los tradicionales grupos de poder, tan archiconocidos. Soñábamos con otra cosa. Eso, soñábamos… Miren la CNN, por ejemplo, su discurso es cada vez más evidente de ese imperialismo”. Y de regreso al inefable periodismo, un corolario del maestro centroamericano: “Tendemos a la concentración de medios de comunicación, cada vez más en manos de los poderosos. Los independientes somos cada vez más escasos, pocos. No nos quedará otro remedio que regresar a los orígenes del oficio, al servicio público porque somos otra víctima del neoliberalismo”. Mañana, de manos del conseller (ministro) de Cultura de la Generalitat de Catalunya, Joan Manuel Tresserras, Co Latino y Francisco Elías Valencia recibirán el reconocimiento a su tarea, a su dedicación vocacional por El Salvador, su sociedad y su democracia.