Casa Amèrica Catalunya reanuda su agenda cultural hoy viernes, 10 de septiembre con la proyección, a las ocho de la noche, del film “Vámonos con Pancho Villa”, considerado por críticos y cineastas la mejor película del cine mexicano. Dirigida por Fernando de Fuentes en 1935 y de 92 minutos de duración, fue menospreciada por sus contemporáneas e ignorada entonces por el público. Décadas más tarde, en los 60, fue reivindicada a través de los cine clubes mexicanos.
Volvemos hoy con “Vámonos con Pancho Villa”, el mejor film en la historia del cine mexicano
Esta película forma parte de una trilogía comprendida por El compadre Mendoza y El prisionero 13, trabajos destacados de Fuentes, el director que obtuvo el primer éxito de taquilla del cine nacional mexicano en 1936 con Allá en el Rancho Grande, protagonizada por Tito Guízar y Esther Fernández.“Vámonos con Pancho Villa” centra su argumento en los tiempos de la revolución mexicana, de la que se cumple este año el centenario. Un grupo de campesinos, conocidos como Los Leones de San Pablo, se unen al ejército de Villa. Tras algunas batallas, con más derrotas que victorias, el grupo original es reducido a dos: Tiburcio Maya y el joven Becerrillo. Una epidemia de viruela se desata entre la tropa y Becerrillo cae enfermo. Villa ordena a Tiburcio matar al joven e incinerar su cuerpo. Desencantado, Tiburcio abandona la revolución y regresa a su pueblo. ¡Vámonos con Pancho Villa! volvió a ser noticia en 1982 cuando se transmitió por televisión una versión hasta entonces desconocida, que incluía un final en el que Pancho Villa regresa a por Tiburcio Maya y le pide que vuelva a combatir en su tropa. Al negarse, Villa mata a Tiburcio, su mujer y su hija, y se lleva a su pequeño hijo a la revolución. Se ignora si este final fue censurado, o si el propio De Fuentes decidió eliminarlo por encontrarlo innecesario o demasiado cruel. Para el crítico e historiador Emilio García Riera, “la película queda mejor con el final comúnmente visto, un final desencantado que redondea bellamente una obra excepcional del cine mexicano”.El destacado compositor mexicano Silvestre Revueltas (quien compuso la banda sonora de la película) hace una breve aparición en el papel del pianista que toca La Cucaracha en una cantina de Torreón, y cuando uno de los ebrios revolucionarios comienza a disparar, el músico sin dejar de tocar, levanta un letrero que tiene sobre el piano y que dice así: «Se suplica no tirarle al pianista», como en el Viejo Oeste de los westerns. Este film ocupa el primer lugar dentro de la lista de las cien mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista Somos en julio de 1994.