Exultante, el escritor y poeta colombiano William Ospina ha hablado por vez primera en Casa Amèrica Catalunya del XVI Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos que le acaba de ser concedido por su obra “El País de la Canela” (editado por La otra orilla. Grupo Norma España). El libro es una documentada recreación del descubrimiento del río Amazonas por los conquistadores españoles, “una historia interesante y apasionante que no se había contado antes”. “Este premio es un honor y un motivo de orgullo. Es estimulante, pero también hay un margen de azar porque la literatura no es una carrera dónde sólo uno pueda ganar”, ha dicho Ospina quien ha subrayado que las 273 narraciones presentadas al concurso revelan el “buen momento de creatividad” de la novela en lengua española. “El País de la Canela” es la segunda obra de una trilogía iniciada con “Ursúa” y que concluirá con “La serpiente sin ojos”, novela que restará indemne al nuevo escenario en que se sitúa ahora la obra de Ospina:“Tengo la firme esperanza de que la noticia del ‘Rómulo Gallegos’ no llegue hasta el siglo XVI”, ha ironizado.
William Ospina, escritor colombiano ganador del XVI Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos: “Durante los últimos 20 años me he trasladado a vivir al siglo dieciséis”
Sobre “El País de la Canela”“Es un relato contado por un mestizo para abarcar así todo lo latinoamericano. Nuestros cinco siglos de incorporación al orden mental europeo se siente en la lengua, la religión, las instituciones y en la vocación de universalidad de nuestro continente. El error ha sido el esfuerzo torpe por negar lo indígena o lo africano. No podemos negar ninguna de nuestras fuentes”. “No hay que silenciar el costado criminal de la conquista, pero tampoco negar el heroísmo de los conquistadores y el esfuerzo de civilización de los grandes cronistas”. “Durante los últimos 20 años me he trasladado a vivir al siglo XVI. Documentarme sobre aquella época me ha costado sudor y lágrimas. Sobre todo con el personaje de Pedro de Ursúa (conquistador navarro, protagonista de “Ursúa”). Primero fue un proceso lento, pero luego se produjo una avalancha de información. Es asombrosa la cantidad de documentos que quedaron de aquellos tiempos”. Historia y literatura “Los historiadores deben respetar los datos. No pueden imaginar o especular. El novelista debe ser fiel a los hechos, pero complementados con detalles –si llueve o no, si relincha el caballo...- que son fundamentales para la literatura: sentimientos, emociones, asombro, miedo...” “No hay nada más invisible que el presente. Cinco siglos es una perspectiva adecuada” “Toda literatura es un diálogo entre presente y épocas pasadas. Yo lo hago desde las preguntas de hoy”. El presente de Colombia y América Latina“América Latina puede obrar grandes transformaciones, que no dependen de insurrecciones armadas o de grandes movimientos políticos sino de asumir plenamente su cultura. Hay que dejar de mirar a Europa y mirar a la complejidad de nuestro ser y a nuestra fuerza creadora. Y si algo caracteriza a América Latina es la universalidad de su composición” “Colombia necesita transformaciones sociales que dignifiquen a la mayoría de sus ciudadanos. En caso contrario, nos agotaremos eternamente en la lucha. Tengo 55 años y con 7 ya recuerdo que Colombia estaba en un proceso de pacificación. Los gobiernos se han convertido en expertos en perseguir a delincuentes, pero no en impedir que surjan”. “Creo en los grandes cambios culturales y en la necesidad de movimientos políticos cuya única aspiración no sea obtener votos sino crear ciudadanos. Colombia requiere una ciudadanía con criterio y carácter”.