La artista plástica dominicana Yolanda Naranjo expone en Casa Amèrica Catalunya desde el martes 18 de marzo su creación “NO MAS!”, con la que a través de colores, texturas y formas pone de relieve el tema de la violencia en el mundo. Un trabajo que respira de “estos maravillosos tiempos en los que vivimos” -así define irónicamente el presente - a la vez que le permite salirse de ellos, subvertirlos y volar a otros mundos.
14/03/2008 / Barcelona
Yolanda Naranjo: “Con NO MAS! abordo la violencia en general"
“NO MAS!”, que podrá visitarse hasta el 17 de julio, es también el reflejo de la audacia y el inconformismo de Yolanda Naranjo, que, en la siguiente entrevista, afirma: “Me gusta hacer lo que yo quiero: el fin no es tanto la obra, sino el proceso para llegar a ella”.
¿’NO MAS!’ aborda únicamente el tema de la violencia contra la mujer?
Es más extenso. Toda la obra tiene que ver con la violencia en general, sin ningún tipo de especificación de sexo. Por ejemplo, en “La Docena” (los doce torsos que configuran una parte de la muestra) el tema originario era la trata de blancas, el abuso que se comete. Los doce cuerpos quieren ser doce gritos. Pero no solo hablo de la violencia machista: las mujeres podemos ser terribles, yo no creo que el hombre sea el culpable de todo lo que está pasando... Es más cuestión de seres humanos y en los cabrones que nos hemos convertido hombres y mujeres. Yo estoy segura que una mujer le puede dar 3 galletas y 4 balazos a un hombre. En algunas de tus creaciones se percibe mucha rabia. Sí, y no te puedo decir que sea porque yo esté afectada directamente, que no lo estoy. Pero basta con encender la televisión o ver el miedo con el que la gente está viviendo ahora mismo y ya inconscientemente uno reacciona. Yo soy agresiva, mi lenguaje es agresivo. Esto es lo que hay, yo no te lo voy a poner bonito. No me interesa que te guste ni que te parezca ‘naif’.
¿Cómo defines ‘NO MAS!’ y ‘SALUD’?
Creo que estas dos obras son gráficamente las más agresivas. Empecé muy agresiva y luego me fui suavizando inconscientemente. Son procesos. Todas las piezas han sido hechas en diferentes momentos de mi vida. La obra va cambiando, aunque mantienen una coherencia una con otra. En ‘SALUD’ destaca la asociación salud y sangre. No sé, me parece un poco obvio. La sangre, o sea, la violencia, se ha convertido en algo tan natural que nosotros incluso la celebramos, no la reprimimos en ningún sentido. Al contrario, si no la usas eres un pendejo. Siempre en mi trabajo me gusta el juego de las palabras y la ironía y el mensaje irónico encerrado en el contexto total. El dramatismo, sinceramente, no me interesa, sino un poquito de chispa, de ironía.
¿Cuál es tu apreciación sobre la situación actual del arte dominicano?
El arte dominicano está jodido. Nosotros somos los primeros que lo jodemos. No nos ayudamos unos con otros. No hay apoyo ni empuje. El mismo dominicano no cree en su arte. Cada uno tiene que buscársela como pueda.
¿Te preocupa que tu mensaje no llegue al espectador al quedar de alguna manera oculto por el impacto visual de tu propuesta?
Yo creo que cada quien lo percibe como le da la gana. Me parece válido que a alguien no le llegue la obra, es decir, que no la sienta. Todo esto es tan subjetivo, me vale con saber que es lo que estoy sintiendo yo. No hay ningún mensaje explícito, sólo yo expresando lo que me pasa en los diferentes momentos de mi vida. Para mí lo más importante es el proceso creativo. La obra puede desaparecer, pero el proceso queda para siempre.
